El servicio de arqueología del Ayuntamiento de Barcelona ha dado por concluidas las excavaciones en el monasterio de Pedralbes y ha hecho varios hallazgos. Los trabajos realizados en la zona han permitido que afloren viejos secretos que habían quedado sepultados con el paso del tiempo y, algunos de ellos, datan incluso de la alta edad media.
Entre los tesoros arqueológicos que han encontrado se encuentran los restos de estancias en las que se alojaban los mayordomos que servían a las monjas del convento, unas construcciones que datan del siglo XVII. También se ha encontrado los restos de un patio y otras estancias que servían de almacén de alimentos, cocina y zona de lavandería del complejo religioso.
Estas estructuras, teorizan los arqueólogos a Betevé, podrían haberse construido y estar en uso en la Alta Edad Media. En la misma línea, han encontrado los restos de un arco que habría pertenecido a la construcción fundacional, consagrada en 1327.
También han aparecido unas balas de cañón. Se trata de proyectiles de artillería ligera que, tras un examen preliminar, se habrían disparado durante la Guerra dels Segadors y acabaron incrustadas en la edificación religiosa.
Pero todavía más impresionante: en el área de trabajo ha aflorado los restos de lo que se sospecha que fue un canal de la época romana que habría servido para abastecer de agua la zona que, se sospecha, siglos atrás pudo haber albergado una villa romana.