Sarrià esconde una gran torre de agua modernista del S.XIX. A la altura del número 354 de la Via Augusta, hay unos jardines que guardan dos tesoros: el recuerdo del movimiento impulsor de Nova Cançó y la torre, que es patrimonio arquitectónico del barrio.
No es más que un rincón discreto de la calle, antes de llegar a la calle de Dolors de Monsardà. Una esquina con un parterre de pocos metros cuadrados donde crecen tímidamente unos cuantos árboles y algún que otro banco espera paciente a que alguien se siente y descubra todo cuanto guarda en su interior: Jardins dels Setze Jutges, anuncia una placa colocada en la pared.
HOMENAJE A LA 'NOVA CANÇÓ'
Inaugurado el 17 de marzo de 2011, este rincón ajardinado es el contenido homenaje barcelonés al movimiento musical en catalán fundado en 1961 por Miquel Porter i Moix, Remei Margarit y Josep Maria Espinás, que impulsó la Nova Cançó con el objetivo de reivindicar la cultura catalana y normalizar el uso del catalán durante la dictadura.
¿Cómo pueden caber en tan poco espacio tantas letras que hablaban de cosas que entonces no se podían decir en una conversación normal, tantos juegos de palabras y eufemismos? ¿Dónde se sientan a escuchar sus poemas musicados figuras de la literatura catalana como Salvador Espriu, Joan Oliver (Pere Quart), Vicent Andrés i Estellés, Joan Salvat-Papasseit, Miquel Martí i Pol, el nostre J.V.Foix… ¿Cómo conviven en tan poco espacio sus 16 componentes, todo cuanto representa, sus letras, sus músicas, su filosofía y sus reivindicaciones?
TORRE DE AGUA
Además, en este espacio, se puede disfrutar de la sombra que proyecta desde una esquina la torre de agua. Está casi adosada al lateral de un edificio de estilo racionalista que sirve para comprobar la gran altura de la torre, que supera el quinto piso.
Lleva ahí desde finales del siglo XIX, cuando fue construida para dotar de agua a la casa señorial afincada sobre este mismo lugar y que fue derribada ya hace muchos años. Con la remodelación de estos terrenos y la construcción de nuevos edificios, el Ayuntamiento decidió conservarla. Había motivos para ello, ya que esta torre forma parte del patrimonio arquitectónico de Sarrià y de Barcelona.
Es un depósito cuadrado y de estilo modernista que vale la pena detenerse a admirar. En cada cara del cubo que forma, destacan las ventanas de ventilación redondas y decoradas. La parte central es de ladrillo, y cuatro columnas refuerzan la estructura central con puntos de sujeción a dos niveles que también presentan decoración. La torre cuenta con una sola entrada, situada en el lateral que mira hacia la Via Augusta. Si os apetece observarla en todo su esplendor, pasead por la calle de Carrasco i Formiguera.
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