Los okupas de la Bonanova vuelven a difundir un comunicado amenazante prometiendo venganza por el desalojo de hace dos semanas. Han decidido esperar varios días para poder "aterrar las ideas y pensar con más serenidad", aseguran.
Definen el Kubo y la Ruïna como un Centro Social Okupado (CSO) y agradecen las muestras de solidaridad que han recibido durante todo el proceso judicial. No obstante, se muestran contundentes ante el "martillo de la represión del Estado" y reiteran que, cada vez, su respuesta será más fuerte y contundente.
EXPANSIÓN DE LAS PRÁCTICAS ANARQUISTAS
Los siete okupas de la Bonanova, detenidos tras el desalojo, explican en el comunicado que no les dan miedo las consecuencias: "Estamos motivadas y entusiasmadas para seguir okupando y expandiendo las prácticas anarquistas".
También han cargado contra los medios de comunicación, a los que han tachado de "crueles" por documentar el desalojo:"No perdonaremos que lo hayan convertido en un espectáculo. Nos prometemos venganza".
Cabe recordar que el día de la desokupación, los antisistema quedaron en la avenida de Vallcarca para ir en bloque hasta la Bonanova y evitar que los Mossos ejecutasen la orden judicial. Apenas consiguieron reunir a un centenar de personas que lanzaron botellas de cristal y agredió a los periodistas. Tampoco consiguieron romper el cordón policial y, en cuestión de pocas horas, detuvieron a los siete delincuentes que había en el interior del Kubo y la Ruïna.
AMENAZAS Y PROMESAS INCUMPLIDAS
A pesar de las amenazas de los anarquistas, que prometían "hacer arder el barrio" en caso de desalojo, no se han atrevido a hacer nada más. Dos días después del desalojo, convocaron una manifestación "multitudinaria" que acabó disolviéndose. Los propios manifestantes reconocieron a Metrópoli que habían reculado porque la policía estaba identificando a los anarquistas.