"Feísimo, horrible, excesivamente llamativo". Son las palabras con las que muchos vecinos del barrio del Putxet i el Farró han descrito el nuevo proyecto de restauración y rehabilitación de la Casa Tosquella, un conjunto arquitectónico modernista que data de finales del s.XIX y que está catalogado como Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN).
Propiedad del Ayuntamiento de Barcelona desde 2021, este inmueble, que lleva más de siete años en desuso, se convertirá previsiblemente en un casal de día para la gente mayor en el barrio. No obstante, el problema no está en el uso, sino en la polémica fachada que da a la ronda de General Mitre y que rompe radicalmente con el estilo arquitectónico del resto de la edificación.
Edificio 'Frankenstein'
La nueva fachada "recuerda a las Torres de Ávila", aseguran los vecinos a Metrópoli. Si bien ese hecho no tiene por qué ser antiestético per se, el problema es que está adosada al resto del edificio, con tres caras y el interior de un marcado estilo modernista. Según los renders y planos preliminares, el resultado es un Frankenstein arquitectónico que, aunque funcional, "no es propio de un bien cultural protegido al máximo nivel".
El espacio levantado desde cero servirá para colocar servicios de los que el edificio original no dispone, como baños y ascensores, "elementos de los que un inmueble público que presta un servicio al barrio tiene que tener", pero "se podría haber buscado otra manera", lamentan.
"Es una solución agresiva. Demuestra una falta de sensibilidad hacia la Casa Tosquella y que, al revés de lo que debería hacerse, busca protagonismo y destacar por encima del resto del bien patrimonial", afean.
Ignorados
"También hemos echado de menos que se nos consultara", añaden desde la Plataforma Putxet Sud. Cuando se hizo la compra del inmueble, durante la pandemia, el ejecutivo local prometió que se consensuarían los usos de este edificio una vez se rehabilitara. "Quizá fuera por el cambio de gobierno, pero lo cierto es que el proyecto nos llegó cerrado y adjudicado a los estudios de arquitectos Metronom y Solà - Morales hace unos días. La idea de un centro de día para personas mayores, con jardines abiertos para todo el mundo, nos parece bien, pero hubiéramos añadido también una pequeña zona de bar o algún punto de reunión para la comunidad", desgranan. Con todo, "somos los que lo usaremos, pero no se nos ha dejado hablar". Es un proyecto que "se ha llevado con cierto despotismo", consideran.
Creada por el arquitecto Eduard Maria Balsells en 1889 y reformada por primera vez en 1907, el edificio sirvió como una residencia familiar. A lo largo de los años, se llevaron a cabo distintas reformas. Su última inquilina, Maria Dolors Castells, consiguió, en 1974, que se la incluyera en el catálogo de bienes protegidos con su máxima distinción, el BCIN. Castells murió en 2017 y, desde entonces, la vivienda ha estado en desuso.
Recogida de firmas
Antes de que el Ayuntamiento de Barcelona la adquiriera, llegó a estar a la venta por Wallapop, por un precio de 1.400.000 euros. Finalmente, el consistorio se hizo con la propiedad. "Ya por aquel entonces nos dijeron que fuéramos pacientes con la rehabilitación del espacio que --se espera-- se hará a principios de 2026", aseguran.
Por el momento, la plataforma está arrancando una recogida de firmas para pedir al Ayuntamiento que reconsidere el proyecto. "No pedimos que se elimine, solo que se haga de forma que se respete el resto del estilo arquitectónico del inmueble". De hecho, apuntan que técnicos del servicio de Departament de Patrimoni, entre los que se encuentran historiadores y arquitectos, "han emitido una carta pidiendo que se replantee el proyecto a la Generalitat".
Preguntados por este digital, desde el Ayuntamiento recuerdan que el proyecto de Metronom y Solà Morales es el ganador de un concurso de ideas, a partir del cual se tendrá que redactar un proyecto ejecutivo.
Ello implica que "el proyecto difundido hasta ahora no es el definitivo, sino unas primeras ideas que se quieren aplicar sobre el espacio. La propuesta final se tendrá una vez se cuente con el proyecto definitivo, a partir del cual también se podrá detallar su coste y el calendario de las obras".