Entrada al Mercado de Sarrià

Entrada al Mercado de Sarrià Ajuntament de Barcelona

Sarrià - Sant Gervasi

Este popular mercado de Barcelona fue el huerto de un cura: con más de 100 años de historia

Dentro del mercado, el ambiente mantiene la misma esencia de hace más de un siglo. En 2007 se renovó sin perder su carácter, y hoy todavía se respira en las paradas familiares

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En Barcelona, hay espacios que solo se comprenden si se observa el pasado. Rincones marcados por cambios que dejaron huellas imborrables en el tejido urbano.

El Mercat de Sarrià es uno de ellos. Para entender su alma, es necesario mirar más allá de los puestos y adentrarse en el entorno que lo rodea, especialmente el paseo de la Reina Elisenda.

A comienzos del siglo XX, Sarrià conservaba su carácter de villa independiente, con la iglesia de Sant Vicenç y, a su lado, el huerto de la rectoría, conocido como el “Hort del Rector”.

El Mercat de Sarrià

El Mercat de Sarrià Inma Santos

Pero la modernidad llegó con fuerza: en 1909 se abrió una carretera que unía Cornellà con Fogars de Tordera, dividiendo la iglesia de su huerto y transformando para siempre el paisaje del barrio. Este vial recibió el nombre de paseo de la Reina Elisenda de Montcada.

De un huerto privado a un mercado para todos

La parcela resultante de esta separación, inicialmente huérfana, pronto se convirtió en oportunidad. Tras un primer intento fallido en 1900, los arquitectos M. Coquillat y A. Calvet proyectaron en ese terreno un espacio público que sustituyera el huerto del cura: un mercado para el barrio.

En 1911, el Mercat de Sarrià abrió sus puertas, transformando la herida del urbanismo en un punto de encuentro comunitario, donde la separación física se convirtió en cohesión social.

Como explicó la periodista Inma Santos en Metrópoli, este mercado supo convertir un “espacio sobrante” en un corazón vivo del barrio, preservando la memoria de aquel huerto original.

Un modernismo elegante y contenido

Su fachada refleja esa historia: ladrillo visto en dos tonalidades que dialogan con la luz del sol, una estructura de hierro fundido robusta y sobria, y detalles que captan la mirada.

El Mercat de Sarrià en imagen de archivo

El Mercat de Sarrià en imagen de archivo Wikipedia

Las 22 vidrieras rectangulares filtran la luz y la derraman en el interior, mientras siete pilares decorativos vigilan silenciosos la vida del barrio. No es un modernismo exuberante, sino un diseño elegante, casi industrial, pensado para durar y servir a la comunidad.

Tradición que perdura

Dentro del mercado, el ambiente mantiene la misma esencia de hace más de un siglo. En 2007 se renovó sin perder su carácter, y hoy todavía se respira en las paradas familiares, en los consejos del charcutero, en los aromas de pescado fresco, pan recién hecho y flores.

El Mercat de Sarrià es, en definitiva, un lugar donde el antiguo huerto del rector florece cada día en miles de cestas de la compra, recordándonos que de los cambios y rupturas a veces nacen los espacios más duraderos y queridos de la ciudad.