La Audiencia de Barcelona ha condenado a un agente de la Guardia Urbana a un año de cárcel y a abonar una indemnización de 10.000 euros a un detenido al que le rompió la mandíbula de un puñetazo en dependencias policiales.
Los hechos ocurrieron en2011, cuando dos agentes de la Guardia Urbana pidieron la documentación a K.U., que se encontraba en las Ramblas esperando a un amigo. Al mostrarles únicamente el certificado de empadronamiento, los dos agentes condujeron a K.U a la comisaría, sin necesidad de esposarlo. Una vez allí, el agente Daniel B.O., llevó al detenido a una sala donde no había cámaras, propinándole varios puñetazos que le causaron la rotura de la mandíbula, según recoge la sentencia.
Además, y aunque las cámaras grabaron la entrada y salida del detenido de la comisaria, los agentes no registraron la detención. K.U. tan solo permaneció en la comisaria 43 segundos.
Tras salir, se fue acompañado de un amigo al centro hospitalario Perecamps, que le derivó al Hospital de la Vall d’Hebrón, donde fue intervenido, quedándose hospitalizado durante dos días. K.U. necesito 140 días para su recuperación total.
Las diligencias se iniciaron gracias a la denuncia interpuesta por el servicio de urgencias de Perecamps, y la organización SOS Racismo ha ejercido la acusación.
La sentencia condena al agente por un delito de lesiones, pero le absuelve de otro contra la integridad moral con el agravante de motivo racista o xenófobo.