Los agentes de la Guardia Urbana detuvieron la noche del jueves a un conductor que llevaba 2,2 kilogramos de cocaína en el interior de un vehículo.
La persona viajaba además con 350 euros en efectivo y el cuerpo policial lo paralizó durante un control de alcoholemia en el distrito barcelonés de l’Eixample.
El piloto mostró una actitud nerviosa frente a los agentes, motivo por el cual sospecharon de que podía poseer algún tipo de estupefaciente en el interior del coche.
Finalmente, la Guardia Urbana detuvo al conductor por un presunto delito contra la salud pública y ya ha pasado a disposición judicial.