El servicio secreto del CNI ayudó a Abdelbaki Es Satty, cerebro de la masacre de los atentados del 17 de agosto, a ser imán de Ripoll. Desde el Centro Nacional de Inteligencia se consideraba que el líder de la célula yihadista desarticulada por los Mossos d’Esquadra había rebajado su actitud islamista y fue fichado en 2014 a cambio de no ser deportado.

En 2010, cuatro años antes de ser contratado, el terrorista fue detenido mientras conducía con 136 kilos de hachís que quería embarcar en un ferry de Ceuta-Algeciras, alegando que lo había hecho porqué había recibido amenazas de un grupo islamista. Según avanza el digital Público, este hecho despertó el interés del CNI para captarlo como informador.

CAMBIO DE ACTITUD

Supuestamente el imán de Ripoll cambió radicalmente de actitud en 2012, cuando adoptó un perfil mucho más bajo de radicalización islamista. Público expone que fue entonces cuando desde el cuerpo armado del país le ofrecieron la posibilidad de trabajar para el estado.

Tras salir de la cárcel decidieron deportar al imán pero sus abogados recorrieron la decisión y el juez consideró que el delito no suponía amenazas ni para el orden público ni para la seguridad ciudadana.

INFILTRACIÓN EUROPEA

Además, el digital añade que Es Satty presentó un contrato de trabajo en vigor y un certificado de trabajo laboral que acreditaba que el terrorista llevaba más de seis años dado de alta en la Seguridad Social.

En este sentido, apuntan que recibió ayuda “extraoficial” y añaden que las mismas fuentes del CNI “le arreglaron las recomendaciones y los avales” que permitieron a Abdelbaki Es Satty ser admitido como imán de Ripoll. La idea era que desde allí el terrorista pudiera infiltrarse en redes yihadistas europeas.

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