Durante la pandemia, los carteristas se han pasado al bus. Siguen actuando en el metro, pero la ausencia de turistas y la disminución de pasaje y de las aglomeraciones ha llevado a los amigos de lo ajeno a buscar otros emplazamientos en los que cometer los robos. Así lo explicó Metrópoli Abierta, el pasado 21 de septiembre, tras recoger la denuncia de patrullas ciudadanas, que se dedican a espantar a los rateros si los detectan en el transporte público. Según los Mossos, esta actividad delictiva también se ha trasladado al tranvía y a Rodalies. El descenso de carteristas en el metro ronda el 80%.
Ahora, fuentes policiales han revelado a este medio cuáles son las diez líneas de bus de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) en las que más actúan los ladrones. Las líneas 47, H-8, 19 y H-6 son en las que más robos se cometen. Cada una acumula decenas de denuncias, pero la 47 es de largo la que más. A las citadas hay que añadir la D-20, la H-12, la V-19, la H-4, la 59 y la 33, aunque la presencia de ladrones es menor. Las fuentes policiales advierten que, muy posiblemente, el número de robos es más elevado que las denuncias. "Pocas veces se acude a comisaría".
PRUEBA PILOTO CON VIGILANTES
Para combatir los robos, la próxima semana TMB pondrá en marcha una prueba piloto con vigilantes de seguridad en buses de la compañía, detallan fuentes sindicales. La iniciativa si funciona bien se podría prolongar en el tiempo con el objetivo de proteger a usuarios y conductores. Hasta ahora, el personal de seguridad casi nunca vigila en las líneas de bus, indican desde el sindicato de vigilantes ADN.
Los operativos se concentran en el metro. "Cuando se detecta a un ladrón que actúa habitualmente en el suburbano se le invita a irse. Solo se lo puede detener si se lo pilla cometiendo un hurto o la víctima está presente", cuenta un portavoz. En ocasiones, el carterista ha podido ser arrestado también si lleva móviles o carteras, entre otros objetos, que no le pertenecen.
ANCIANOS Y MADRES CON NIÑOS
Principalmente, los buses donde se roba forman parte de la nueva red ortogonal y son de alta capacidad. Si bien los últimos meses, el número de viajeros ha bajado notablemente por la pandemia, "son líneas que llevan mucho pasaje y en horas punta la gente va muy apretada", indica una fuente policial. Si antes eran los turistas despistados las víctimas propicias, ahora son los ancianos uno de los colectivos que sufren los robos junto a las madres que van con niños pequeños.
Algunas de estas líneas pasan junto a hospitales, que son puntos habituales en los que se cometen los robos. La H-8, por ejemplo, circula junto al Hospital de Sant Pau; la H-4 lleva al Vall d'Hebron. La 59 la cogen los usuarios que van a los hospitales del Mar y Clínic, mientras que la 47 acerca también a los viajeros hasta el Hospital del Mar (como la D-20), y a Sant Pau.
EL CENTRO Y EJES COMERCIALES
Las líneas con más robos también pasan por el centro de Barcelona, recorren zonas con numerosas tiendas o negocios, tienen paradas en centros comerciales o van a núcleos turísticos. Todos son focos de hurtos. El 47 es un bus que cruza todo el centro de Barcelona, ya que va de Canyelles hasta el paseo Marítim. La línea H-8 va hasta la Maquinista y pasa junto a L'Illa. El 33 viaja por la parte alta de la Diagonal, el H-12 tiene en la Gran Via una buena parte de su recorrido y el V-19 tiene su origen y final en la Barceloneta.
Aunque de carteristas hay de distintos tipos, las fuentes policiales se atreven a hacer un retrato robot. Son jóvenes de entre 25 y 30 años que provienen de países suramericanos y, en menor medida, de Marruecos. Otros son más mayores y llevan más años de oficio. Si algo los caracteriza a todos es que "no quieren ruido". "Si ven que van a tener problemas, disimuladamente dejan caer la cartera o el monedero. Es gente fina", cuentan.
EL CARTERISTA MADRUGA POCO
Por franjas horarias, los carteristas que trabajan en el bus no madrugan en exceso, como sus víctimas. La mayoría de robos tiene un mismo patrón horario y se cometen, por lo general, entre las 11.00 y las 14.00 horas, según las denuncias presentadas por los ciudadanos. Por las tardes, la actividad se concentra entre las 17.00 y las 20.00 horas, aunque baja respecto a las mañanas.