GLS veta la mensajería en el Besòs por los atracos a repartidores
La inseguridad obliga a la empresa a buscar soluciones pactando "direcciones alternativas" con el destinatario
26 diciembre, 2020 00:00Noticias relacionadas
"Zona restringida". Así define la empresa de paquetería General Logistics Systems (GLS) algunas calles del Besòs i Maresme, el último barrio de Barcelona en sentido Besòs, que colinda con La Mina (Sant Adrià de Besòs). El marido de T.P recibió este mensaje el pasado 28 de agosto cuando, extrañado por la tardanza, reclamó el paquete que había comprado en Internet. El destino del paquete, la calle Epir, está vetada por la agencia que GLS contrata para operar en esta zona del distrito de Sant Martí. “Por motivos de seguridad no se realizan ni entregas ni recogidas”, escribe la empresa española.
Jordi Rallo vive en la calle Llull y es consejero de distrito de ERC. Asegura que ha sufrido este percance en tres ocasiones durante los últimos meses. La primera fue el 21 de mayo, en plena pandemia y con el servicio de mensajería decretado como servicio esencial. De nuevo, GLS argumentaba que la empresa subcontratada para repartir en su barrio no hacía el servicio. Según relata, la compañía se excusó y atribuyó la situación a los robos que habían sufrido sus repartidores.
ADAPTACIÓN A LOS ROBOS
Fuentes de GLS confirman los episodios de atracos sufridos por sus empleados en el Besòs i Maresme. "La situación de robos y amenazas no es nueva. Ocurren desde hace varios años, pero en los últimos meses, más allá de los robos y amenazas, hemos tenido agresiones sobre el personal de reparto", señala la empresa.
La compañía de reparto reconoce que no envían paquetes en "algunos tramos" de las calles Epir y Llull. Para sortear los robos, ha modificado su operativa para conseguir que los paquetes envíen a su destinatario, aunque eso implique pactar una "dirección alternativa" con el cliente. "Las agencias de GLS que cubren el barrio disponen de personal exclusivo que informa por diferentes medios (teléfono, e-mail) a cada uno de los destinatarios de la llegada de su envío y conciertan con ellos la recogida en las agencias de la zona", escribe la empresa a Metrópoli Abierta.
”
Podríamos hablar, más bien, de zonas en concreto en las que realizar las entregas no es posible por temas de seguridad. De todas maneras, la empresa ofrece a los receptores de estas zonas la opción de recoger los envíos en la agencia que cubre la zona. Para GLS este procedimiento es la "solución" que permite a los vecinos del Besòs i Maresme que puedan recibir sus paquetes "a tiempo y de forma fiable a la vez que se vela por la seguridad de sus repartidores". La compañía también entrega paquetes in situ en negocios de la zona y en una escuela.
TIROTEOS
"Hay tres zonas afectadas: Besòs, Zona Fòrum y La Mina. Creo que es más una excusa y una mala praxis de la empresa. Si no quieres dar servicios en algunas zonas, de acuerdo. Pero no aceptes mercancía que sabes, con antelación, que no distribuirás", critica este vecino. El 10 de junio recibió la misma respuesta de la empresa con un segundo paquete. La publicación de su situación en su cuenta de Twitter provocó un centenar de reacciones en su perfil y la empresa rectificó llevando los paquetes a su casa.
Hace dos semanas, la inseguridad en el Besòs, largamente denunciada por sus vecinos, adquirió un cariz más preocupante cuando el sonido de ocho balas de una o varias pistolas retumbaron de madrugada entre los edificios de viviendas del barrio. La principal hipótesis es que el incidente tendría relación con el tráfico de drogas, en concreto con una plantación de marihuana. En junio, tuvo lugar un nuevo tiroteo con 18 balas descargadas, esta vez en La Mina.
RECLAMACIÓN
Asunción, otra vecina afectada por el veto de GLS a causa de la inseguridad, enumera algunas calles supuestamente restringidas por la empresa: Messina, Trapani, Palerm, Marsala, Catania y Alcamo. Se lo dijo un trabajador de la empresa este julio cuando recogió un paquete en el almacén de Josep Pla, después de esperar en su casas un producto que no llegaba. La calle Alfons el Magnànim trazaría el área afectada que englobaría a un gran número de calles en dirección a Sant Adrià de Besòs, en concreto, La Mina, donde GLS tampoco envía sus productos.
"Me dijeron que están hartos de gastarse 200 euros en las cerraduras de los vehículos. Me molesta que digan que roban en esta zona cuando el almacén está solo a medio quilómetro de mi casa", comenta esta vecina de la calle Messina, que puso una reclamación a GLS. "Están obligados a avisar a las tiendas que no reparten. Cuando llamó a la gran cadena comercial donde había comprado su producto le dijeron que desconocían este problema.
En 2019 tuvo otra experiencia, en este caso con MRW. En la respuesta a este medio, la empresa de mensajería se limita a hacer referencia a las condiciones de su servicio en su web. El 10 de agosto, Rallo tuvo su última mala experiencia, esta vez, con la empresa Celeritas. Al cierre de esta noticia, este medio no ha podido contactar con la compañía.
RECOGIDA EN EL ALMACÉN
No tuvo la misma suerte T.P el pasado 10 de diciembre cuando Amazon le pidió que se acercara a la oficina de la empresa de reparto de GLS más cercana para devolver un radiador que había comprado y que no le convencía. A pesar de tener contratado el servicio Amazon Prime, con derecho a devoluciones, no le quedó más remedio que acercarse a la oficina de la calle Josep Pla para devolver el producto. Esta vía se encuentra en el lado Maresme del barrio, a escasos 100 metros de la calle de Rallo y a unos 800 metros de casa de T.P, donde las empresas reparten sin restricciones, según el relato del los vecinos.
Amazon explica que continúa “operando con total normalidad” en el área del Besòs y en toda Barcelona. "La seguridad es siempre nuestra principal prioridad y continuaremos cooperando con las autoridades locales para garantizar la seguridad de los conductores que realizan entregas de paquetes en nombre de Amazon", señalan fuentes de la multinacional norteamericana.
K.G, que trabajó durante un mes para la empresa tecnologica, asegura que Amazon pide a sus empleados la máxima precaución cuando reparten el Besòs i Maresme, La Pau y la Zona Franca. Recomienda a sus trabajadores que no dejen sus bultos en el asiento del copiloto y ha invertido en seguridad instalando cerraduras en sus furgonetas.
INSEGURIDAD ENDÉMICA
La inseguridad se ha convertido en un problema enquistado en esta zona del sur de Barcelona. Desde la Asociación de Vecinos Besòs, Francesc Abad tacha de "lamentable" que los vecinos no puedan recibir los paquetes en sus casas. Explica que hace dos meses atracaron y golpearon a un ciclista de Glovo en la calle de Perpinyà.
Las quejas también han llegado a Ciudadanos, partido que ejerce la presidencia del distrito con la regidora del Ayuntamiento Marilén Barceló a la cabeza. "Los vecinos quieren más seguridad en la zona. Es necesario reforzar la presencia de la Guardia Urbana", señala la concejal, que reprocha a BComú, PSC y ERC que tumben sus propuestas sobre seguridad en Sant Martí.
El pasado 1 de noviembre, el gobierno municipal sí alcanzaba la unanimidad con el aval del Compromís Besòs – Maresme, planteado por Esquerra Republicana, que pretende transformar el barrio en 15 años con actuaciones urbanísticas, sociales y de seguridad. Lourdes Arrando, portavoz de los independentistas en el distrito, se muestra preocupada por la “organización criminal que hay detrás del tráfico de drogas y de las mafias de la okupación”. La republicana pide al Ayuntamiento que plantee soluciones con Mossos d’Esquadra y la Guardia Urbana y destaca la importancia de políticas de medio y largo plazo para terminar con los problemas de vivienda.
LOS REPARTIDORES: COLECTIVO DE RIESGO
El Ayuntamiento declina hacer comentarios sobre las restricciones de GLS en uno de sus barrios por motivos de seguridad y se remite a los Mossos. Fuentes de la policía catalana explican que estas últimas semanas ha "alertado" a las empresas de mensajería sobre estos robos al detectar varias denuncias en Cataluña. La policía define a estos profesionales como un "colectivo de riesgo" por ser víctimas de robos.
Relamación de Asunción contra GLS / METRÓPOLI ABIERTA
En La Mina (Sant Adrià de Besòs), Iván Cortés describe la "normalidad" con la que encaja el problema con los envíos de paquetes. Algunas cadenas de pizza hace tiempo que evitan este barrio de Sant Adrià, perseguido por el estigma y la etiqueta de barrio conflictivo por culpa del negocio de la droga gobernado por diferentes clanes familiares. El pasado 4 de diciembre Cortés esperaba una targeta de sonido que no llegaba. Cuando llamó a GLS, le dijeron que no entregaban en la zona, a pesar de haber pagado los 4 euros de suplemento por este servicio.