El violador de Sarrià, en prisión preventiva desde este martes por cometer tres violaciones y dos abusos sexuales, acechaba a sus víctimas en los vestíbulos de edificios de viviendas. El hombre de 32 años cometió cinco ataques entre el 29 de noviembre y el 22 de enero. Su uniforme de repartidor le ayudó a no despertar sospechas entre sus víctimas que eran acorraladas en las zonas comunes de los inmuebles.

Las imágenes de cámaras de seguridad, las ubicaciones de su teléfono móvil y la confesión de uno de los delitos han llevado al hombre a la prisión. El juzgado ha ordenado su ingreso en prisión provisional por tres presuntos delitos de agresión sexual, si bien también le investigan por otros dos delitos sexuales.

ACCIONES PLANIFICADAS

El magistrado apunta que las acciones eran planificadas y  que las víctimas eran jóvenes, una menor, que entraba en el portal de sus domicilios y las abordaba en las zonas comunes de la finca cuando subían a casa. "Ello pondría de manifiesto que estaba al acecho de las mismas para cometer los delitos", argumenta el juzgado, que añade que los delitos se cometieron en fechas cercanas.

El depredador sexual siempre asaltaba a las mujeres por detrás. El primer delito presuntamente cometido fue un abuso sexual el pasado 29 de noviembre en la calle Girona; el segundo, una agresión sexual el 10 de enero en la calle Quevedo; su tercera actuación fue una agresión sexual el 18 de enero; cometió otro delito de agresión sexual en la calle Santaló a una menor el 22 de enero, y ese mismo día, media hora más tarde, otra agresión sexual en la avenida de Sarrià que grabó con el móvil.

EVOLUCIÓN DE LOS ATAQUES

El juez también constata una "evolución en su conducta" ya que en sus primeros actos hizo tocamientos por encima de la ropa y en el último ya cometió una agresión sexual. En la vídeo puede distinguirse "la acción delictiva con toda claridad", y que el autor tiene unos tatuajes en la mano que corresponden a los que luce el investigado, tal como ha podido comprobar el juez durante la declaración.

La víctima del primer hecho reconoció el agresor, en el segundo hecho consta la ubicación de su teléfono en el lugar donde sucedió y fotografías de las cámaras de seguridad y en el tercer ataque se encuentra la ubicación del autor donde se produjo la agresión sexual con un informe fotográfico de la bicicleta en imágenes de cámaras de seguridad. En la cuarto se ubica el móvil en el lugar, y el quinto el agresor lo grabó con el móvil y los Mossos d'Esquadra localizaron la grabación.

 

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