Concentración de animalistas y vecinos este sábado por la mañana delante de la tienda de Ladridos, en Nou Barris, donde la Guardia Urbana halló esta semana los cadáveres de 18 cachorros de perro en un congelador.
El Ayuntamiento de Barcelona informó este viernes de que además el establecimiento no contaba con los registros de entrada de los animales, ni los certificados de los fallecimientos. Por otro lado, Ladridos tenía 15 cachorros en la zona de venta –varios de ellos, enfermos–, 12 en cuarentena y dos más hospitalizados. Los investigadores hallaron también indicadores del coronavirus canino en tres de los boxes en los que permanecían con perros en venta. Por último, los agentes abrieron diligencias porque la veterinaria del centro no tenía el título convalidado para ejercer en España.
Durante la protesta, los manifestantes han exigido acabar con las prácticas de maltrato animal y han abucheado, cuando entraban y salían, a los trabajadores de Ladridos, que a pesar de las investigaciones ha permanecido abierta al público este sábado.