La noche del 22 de diciembre de 2018, Edu Colmena, un vecino de Baró de Viver, en el distrito de Sant Andreu, fue asesinado de tres disparos en plena calle. Presuntamente, el autor de los disparos fue Pedro S., miembro de un clan conocido en el barrio como Los Pistolas y vinculado al tráfico de drogas. Colmena mantenía un enfrentamiento con la citada familia desde 2014 cuando rompió el bastón del patriarca, Jesús, que lo había levantado contra un mujer porque su hija quería jugar en un parque público que el hombre había decidido que fuera solo para sus nietos. Edu, subcampeón de España y campeón de Cataluña de lucha grecorromana, cogió la vara de Jesús y la partió en dos de un golpe. Las primeras hipótesis de lo que sucedió aquella fatídica noche del 22 de diciembre apuntaban a un intercambio de disparos entre clanes gitanos. Nada más lejos de la realidad.
El próximo lunes, 12 de marzo, se inicia el juicio contra Pedro S. y su mujer, Olga B., por los delitos de asesinato con alevosía y tenencia ilícita de armas, según figura en el escrito de la Fiscalía al que ha tenido acceso Metrópoli Abierta. La noche del 22 de diciembre, Pedro y Olga "fueron al encuentro de Eduardo, portando Olga, en un primer momento, "un arma de fuego que entregó en la misma plaza a su marido Pedro mientras se aproximaban a Eduardo, a la par que le decía: "Mátalo". A continuación, prosigue el escrito, "el imputado tomó el arma de fuego que le había sido entregada" por su mujer "y dirigiéndose hacia Eduardo le disparó en el tórax y en la cabeza al menos en tres ocasiones". Edu tenía 42 años.
EN PRISIÓN PROVISIONAL
La acusación particular la ejerce el despacho de Daniel Vosseler. El letrado Daniel Salvador dice que la muerte de Edu fue una ejecución. El fallecido no "tuvo oportunidad alguna de defenderse del ataque recibido con arma de fuego, no pudiendo, por tanto, ejercer una defensa eficaz", detalla el escrito. El arma que se usó fue una pistola del calibre 38 especial. Según Salvador, ambos acusados se encuentran en prisión provisional. Fueron detenidos a finales de enero de 2019, un mes después del asesinato, en Roquetas de Mar (Almería).
La petición de la Fiscalía y de la acusación particular es de 27 de años, 25 por el asesinato y otros dos por la tenencia ilícita de armas. En un principio, Olga se libró de estar acusada, pero el testimonio de varias personas la señalaron como coautora del asesinato, lo que motivó también su ingreso en prisión en 2019. Pedro está en Brians y Olga en Wad-Ras, explica el abogado.
INDEMNIZACIONES
Edu dejó una mujer, Pilar, una hija menor de edad (Dayra), un padre (Ángel) y tres hermanos, Xènia, Àgata y Carles. El escrito de la Fiscalía también solicita que los acusados deberán abonar 60.000 euros al padre de Edu, 40.000 a cada uno de los hermanos, 250.000 a su viuda y otros 300.000 para la hija de Edu a través de su representante legal "por el daño moral sufrido".
El juicio se inicia el lunes con la constitución del jurado popular. Para el día siguiente, 13 de marzo, está previsto el interrogatorio de los dos acusados, Pedro S. y Olga B., y el día 14 declararán seis testigos protegidos que son claves para determinar cómo tuvo lugar el asesinato de Edu la noche del 22 de diciembre de 2018. Con posterioridad, el día 15, testificarán los Mossos d'Esquadra y familiares de Edu. En días sucesivos, se presentarán las pruebas periciales, incluidas las de balística. El 20 de marzo se darán a conocer las conclusiones. Y en principio, el día 21 se conocerá el veredicto del jurado.
AMENAZAS DOS DÍAS ANTES DE MORIR
Desde 2014, cuando se produjo el primer enfrentamiento entre Edu y el clan, las tensas relaciones no cesaron. Sí, hubo largas temporadas sin roce. El día 20 de diciembre de 2018, unas 48 horas antes de que cayera abatido a balazos, el acusado pegó a una amiga de Edu y éste le devolvió el golpe. Fue el principio del fin. El presunto autor de los disparos amenazó a Edu con gestos de que le iba a disparar con una pistola -así consta en el texto de la Fiscalía- y gritos de que le iba a matar. "Un día antes de morir, el 21 de diciembre, Edu, presentó una denuncia ante los Mossos d'Esquadra", recuerda Daniel Salvador, el abogado de la familia.
Horas antes de que muriera, la policía autonómica aconsejó a Edu que se fuera de Baró de Viver, donde la víctima vivió toda su vida. Familiares y amigos le dijeron que se quedara en casa y no saliera porque el clan le estaba buscando, relata el letrado. "A pesar de las amenazas denunciadas y del miedo que sentía, [Edu] decidió salir de su domicilio -hacia las 22.00 horas- a pasear y se dirigió hacia la plaza Baró de Viver", dice el escrito de Fiscalía. Según Salvador, fue a pasear el perro. En la citada plaza, Edu se encontró con Pedro. Uno de los disparos le impactó en el cerebro. "La víctima falleció como consecuencia de la afectación de la masa encefálica -en la región parieto-temporo-occipital izquierda-, con destrucción de dicha estructura cerebral".
PETICIÓN DE LA ORDEN DEL MÉRITO CIVIL
Tras la muerte de Edu, los presuntos autores y el resto del clan se fueron de Baró de Viver, un barrio de familias trabajadoras con unas 2.500 personas. El vecindario dijo basta y quemó el piso de Pedro. También se organizaron concentraciones de repulsa contra el asesinato. Mientras Edu vivía, él fue el único -que se sepa- que plantó cara al clan. Todavía hoy, dos años y tres meses después del asesinato de Edu, una petición en Change.org reclama que se conceda a la víctima la Orden del Mérito Civil. La demanda suma cerca de 11.000 firmas.
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