Un total de 75 personas han muerto en 71 accidentes de tráfico desde enero en las carreteras catalanas, según ha informado el Servei Català de Trànsit (SCT) en un comunicado. Durante el mismo periodo de 2019 perdieron la vida 101 personas en 95 accidentes mortales, por lo que este año, hasta el 31 de julio, ha habido un descenso del 25,7% en el número de víctimas.
En 2020, el tráfico y la siniestralidad registraron cifras atípicas debido a las restricciones de movilidad decretadas por la pandemia de coronavirus.
LOS ACCIDENTES DE TRÁFICO, AL ALZA
Este año, casi el 45% de las 75 víctimas mortales corresponden a colectivos vulnerables: 24 motoristas, 7 peatones y 2 ciclistas. En julio, no obstante, se ha frenado la accidentalidad mortal de las motocicletas: un motociclista muerto, frente a los 8 que perdieron la vida en junio.
A partir de mayo, con el fin del estado de alarma y la recuperación de la movilidad, la siniestralidad aumentó, con 17 muertos ese mes, 18 en junio y 13 en julio, tres meses que suman el 64% del total de víctimas de este 2021. En estos últimos siete meses se consolida la tendencia al alza de los accidentes mortales con más de un vehículo implicado, como ha ocurrido en 57 de los 71 siniestros.
Un bombero interviene en el accidente de la Ronda de Dalt / BOMBERS
COLISIONES FRONTALES
Uno de cada tres accidentes mortales, según datos del SCT, es debido a colisiones frontales, que suelen ser impactos de una alta intensidad a menudo relacionados con adelantamientos temerarios o indebidos, distracciones por el móvil, fatiga o somnolencia. También han aumentado los atropellos mortales, con un total de 7, dos más que en el mismo periodo de 2019.
La mitad de los casos con víctimas mortales se registran en los fines de semana –contando desde el viernes a las 15.00 horas– o en festivos, con un total de 37 de los 75 fallecidos.
VÍCTIMAS POR EDADES
Por edades, han aumentado las víctimas mortales de niños y jóvenes de entre 0 y 24 años –13 en total en lo que va de año, frente a las 10 de 2019–, mientras que 18 pertenecían al colectivo de entre 35 y 44 años. En cambio, las víctimas mayores de 65 años han registrado una reducción: 10 muertos, frente a los 31 de 2019.