Los vecinos del número 10 de la calle de Bòbiles de L'Hospitalet de Llobregat se enteraban este jueves que habían convivido durante meses con un presunto yihadista. "¿En serio? ¡Que miedo!", exclamaba una joven desde su recibidor. Al lado, su compañera de piso relata que fue la única inquilina que se cruzó con la escena policial. Eran las 03.00 de la madrugada del pasado lunes cuando una decena de agentes de la Policía Nacional irrumpían en una vivienda del segundo piso. Allí detenían a Sheick (jeque), líder de una cédula yihadista, preparada para actuar en España o en el exterior. El chico era --a ojos de sus vecinos-- un joven más del barrio, del que poco sabían. Sí tenían constancia de que vivía de okupa en esta zona de La Florida, aunque nadie destaca que causara problemas a alguno de los residentes del bloque. Ninguno imaginó que en su edificio vivía un pequeño dirigente yihadista, armado y con ganas de atentar.  

Con una edad comprendida entre 18 y 21 años, el arrestado, de nacionalidad argelina, había adoctrinado a una cuadrilla de jóvenes paisanos que se dedicaban a robar a turistas. El grupo estaba altamente radicalizado. La gestión de uno de ellos para comprar una metralleta Kaláshnikov precipitó la operación para detener a los cinco supuestos terroristas. Los investigadores les pisaban los talones desde hacía meses. El detenido, convertido en los últimos años en un captador profesional, ya había sido detenido en 2016 en Turquía cuando intentó entrar en una zona de conflicto para unirse a Daesh (Estado Islámico). 

MACHETES Y 70 CARTUCHOS

Jenifer (nombre ficticio), una de las vecinas de este estrecho inmueble, recuerda bien la madrugada de la detención. "Yo me iba a trabajar a esa hora y de repente escuché gritos de los chicos", relata. Su amiga cuenta que las paredes de la vivienda retumbaron varias veces a causa de los golpes. La pequeña escalera se llenó de una decena de policías que subían y bajaban del edificio. Del interior de la vivienda sacaron cuatro cajas con material diverso. El supuesto líder yihadista tenía cinco machetes, dos cuchillos, setenta cartuchos y otros objetos.

Todos los cinco detenidos se encuentran en prisión preventiva. Uno de ellos ya cumplía condena en una cárcel catalana, también por terrorismo. La policía los acusa de pertenencia a organización terrorista y autoadoctrinamiento. Al supuesto jefe, además, le imputan un delito de adoctrinamiento activo. Otros dos jóvenes fueron arrestados en Barcelona, concretamente en la calle de Sant Elm de la Barceloneta, según fuentes vecinales.

Piso donde vivía como okupa el presunto terrorista / GUILLEM ANDRÉS



Piso donde vivía como okupa el presunto terrorista / GUILLEM ANDRÉS

ENTRADA EN ESPAÑA

La investigación se inició las pasadas Navidades cuando los agentes detectaron la entrada a España de un miembro de Daesh. En enero lo detuvieron junto a otros dos sospechosos. La Policía Nacional se dio cuenta de que un individuo ayudaba a los supuestos terroristas llegados a España con medidas de seguridad para evitar su detención. Era El Jeque. Los esfuerzos de los investigadores se centraron en él, más aun cuando a finales de marzo entró en España.

El lunes, Jenifer lo vio parado en el rellano sujetado por un policía. Un agente le ordenó que guardara el móvil cuando se disponía a hacer una fotografía. "No sabíamos que lo detenían por terrorismo. Pensábamos que era por drogas". Vestía con zapatillas deportivas, pantalón de chándal y una manta gris le cubría la cabeza. Se había cruzado con él alguna vez, pero no sabe quien de los tres jóvenes que habitaba es el detenido. El presunto yihadista okupaba este piso junto a cuatro personas más (tres jóvenes y dos adultos entre 30 y 50 años). El resto de inquilinos desconocían, en principio, sus actividades. Solo él fue detenido.

OKUPAS

Esta vecina calcula que vivían desde hacía unos tres meses. Tras la detención, otros okupas que habitaban el entresuelo se han instalado en este piso. Esta tarde, dos jóvenes –posiblemente árabes– que salían de la vivienda aseguraban no saber nada de la operación. "Fuman muchos porros y hacen fiestas", comenta Jenifer. En el entresuelo, también okupado, sonaba la televisión a todo volumen. Nadie contestó al otro lado de la puerta.

La calle Bòbiles, en el barrio de La Florida, ha sido objeto de algunas actuaciones policiales de la Guardia Urbana de L'Hospitalet y los Mossos d'Esquadra. Se han cerrado varios puntos de venta de droga de cocaína y en el que se recepcionaba prendas de ropa robadas

El operativo policial, conjunto con el FBI y Europol, también se desplegó en el marítimo barrio de la Barceloneta. Allí acudieron a las 05.30 de la mañana, según explica el dueño de un bar cercano a la calle de Sant Elm. "Al ver que era Policía Nacional ya pensé que sería algo de terrorismo, inmigración, tráfico de drogas o un tema de armas", señala. "Aquí lo que hay siempre son ladrones. En verano viene la mitad del Raval a robar a los turistas", afirma.

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