La víctima de la presunta violación por parte de tres hombres en un descampado de Sant Boi de Llobregat al salir de una discoteca de Molins de Rei el 19 de mayo de 2018 ha asegurado en el juicio que sus presuntos agresores la "cogieron por los pelos" y la metieron en un maletero.
En la primera sesión del juicio en la sección 6 de la Audiencia Provincial de Barcelona, la joven ha explicado que esa noche había consumido drogas y alcohol, que le habían robado el bolso, y que cuando salió de la discoteca quería ir a comprar más droga con unos conocidos. En ese momento, los acusados bajaron de un coche, la "arrastraron por los pelos" y la introdujeron en el maletero.
"No sé cuánto duró el trayecto hasta el descampado, no me acuerdo, pero cuando abrieron la puerta intenté dar una patada y me cogieron, me tiraron al suelo, me intentaron bajar las medias y me levantaron el vestido", ha manifestado.
"DECÍAN QUE YO LO PONÍA DIFÍCIL"
La vícitma ha asegurado durante la sesión que los tres agresores la obligaron a hacerles felaciones y que tres de ellos la penetraron y eyacularon encima de ella mientras la insultaban y le decían que se callara: "Decían que yo lo ponía difícil, que otras chicas no oponen tanta resistencia".
Según ha explicado, tras la violación los acusados discutieron, abrieron la puerta del coche y la dejaron en el descampado, momento en que ella caminó hasta la estación de FGC de Sant Boi pidiendo ayuda, una petición a la que nadie dio respuesta.
MIEDO A HABLAR CON DESCONOCIDOS
La víctima ha explicado que los hechos han cambiado su vida por completo. Ha afirmado que todavía no sale sola por la calle, así como que le da "miedo hablar con gente desconocida", e incluso que estuvo ingresada un tiempo en un psiquiátrico. Cuando puso la denuncia en la comisaría de Mossos d'Esquadra, afirma, le enseñaron fotografías de varias personas que podían ser los presuntos agresores, pero ha asegurado que no reconocía a nadie.
Durante la sesión también ha relatado que recordaba que el coche donde la habían introducido era de color rojo, y que a los agentes que le tomaron declaración les pareció que podía ser un coche de color gris champán. "Como yo en ese momento no me acordaba del todo me hicieron dudar y cambiar mi testimonio. No había dormido, no había comido, estaba en shock. Puede ser que dijera finalmente que el coche era gris".
DECLARACIONES DE TESTIGOS
Entre los testigos que han declarado por este caso, se encuentran amigos de la víctima, amigos de los acusados, agentes de los Mossos d'Esquadra, trabajadores de la discoteca y empleados de FGC.
La trabajadora que la localizó en la estación de tren ha afirmado que encontró a la víctima con "ansiedad y alterada", así como que iba con las medias rotas y agujereadas. Un amigo de los acusados ha explicado que la víctima les decía que se quería ir con ellos al salir de la discoteca, que se había "operado las tetas, que costaban 5.000 euros" y que fueron a desayunar. Mientras, otros testigos propuestos por la defensa de los acusados han manifestado que no vieron forzada a la víctima en ningún momento.
Los agentes de los Mossos que le tomaron las primeras declaraciones en comisaría han coincidido en que la víctima estaba "en estado de shock", que explicó que uno de los agresores tenía un tatuaje de Michael Jordan, pero que había muchas cosas que no recordaba bien. Además, han desmentido la versión de la víctima sobre que insistieran a la víctima con el color del coche.
CONVERSACIONES BORRADAS
Uno de los efectivos que realizó el informe de contenido de los móviles de los investigados ha explicado que en el teléfono de alguno de ellos se habían borrado conversaciones de WhatsApp de los días 18 y 19 de mayo. Pese a ello, ha remarcado que recuperó mensajes de voz y unas imágenes donde se veía a uno de los acusados en el asiento del conductor "con la mano en el cuello de la víctima" y otras imágenes de la víctima desnuda, entre otras.
Ante estos hechos, el fiscal pide 46 años de prisión para uno de los acusados y 43 años de prisión para cada uno de los otros dos implicados.