Para el mosso d'esuadra que el 18 de agosto de 2017 abatió a cuatro yihadistas en Cambrils, ese suceso le cambió para siempre. Cuatro años más tarde el miedo perdura. Ha pasado por 20 médicos, ha sido diagnosticado con estrés postraumático severo y, finamente, tras una larga lucha judicial ha logrado que se le reconozca la incapacidad permanente total. El agente, para muchos un héroe, vive con una gran sensación de inseguridad: "Siempre puede venir un terrorista a matarme", explica en una entrevista en El País.

"Ningún policía está preparado para una situación como esa. Actué como lo hice porque estaba alerta. Pero podría haberme quedado bloqueado. Y ahora estaría muerto", narra el ya expolicía en la cafetería de un pueblo cuyo nombre es mejor omitir, así como su nombre y edad, por razones obvias.

UN CARTUCHO DE SUBFUSIL Y SU PISTOLA

El agente recuerda que después de la una de la madrugada, ya del 18 de agosto de 2017, un Audi A3 irrumpió en el paseo marítimo de Cambrils a gran velocidad y atropelló a una mossa, ante lo que gritó "¡cuidado!". Del vehículo salieron cinco jóvenes, cuatro de los cuales se dirigieron corriendo a toda velocidad hacia el agente, que vio cómo el primero se abalanzó contra él con un hacha y un cinturón que explosivos, que luego se comprobó que era falso.

"Yo llevaba el subfusil. Cuando el individuo estaba a pocos metros, disparé hasta abatirle. Desconozco cuánto disparé. Cuando cayó, vi que venían tres personas más corriendo a mi posición. Me desplacé corriendo hacia la derecha. No tenía munición en el subfusil. Me lo colgué del cuello y pude coger mi arma reglamentaria. No tuve más tiempo que abrir fuego y abatirlos", relata en la entrevista.

EJEMPLO DE REACCIÓN

En la escuela de policía de Mollet, donde se forman las nuevas hornadas de mossos d'esquadra, se menciona a menudo su actuación como ejemplo de reacción ante un suceso inesperado y violento. Lamenta, sin embargo, las trabas que se ha encontrado para lograr su objetivo. "En este país no hay una solución extraordinaria para una circunstancia extraordinaria”, reivindica Arturo.

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