Seis horas después del crimen muchos de los vecinos del número 86 del paseo de la Mare de Déu del Coll aun desconocían el fatal desenlace de la trifulca vivida en el 2º 3º. Poco antes de las 09.00 horas un hombre de unos 40 años caía herido en su propia vivienda tras ser atacado por su hermano, unos pocos años más pequeño. La víctima fallecía poco después. En el piso vivía el padre de los dos y una mujer, pareja sentimental del fallecido.
"Yo no he escuchado nada. Ni gritos, ni riñas ni ruidos", comenta una mujer de edad avanzada que al abrir su puerta esta mañana se ha topado con un montón de policías. Los sanitarios del Servei d'Emergències Mèdiques (SEM) no han podido hacer nada por salvar la vida de la víctima.
AMENAZA ANTERIOR
Los Mossos d'Esquadra conocían esta vivienda del barrio de Vallcarca i els Penitents, ubicada en lo alto del paseo, a unos metros del parque de la Creueta del Coll. Los problemas de convivencia con el resto del vecindario provocados por el presunto agresor habían movilizado en numerosas ocasiones a los agentes. También a una ambulancia. Era el "protocolo" habitual cuando alguien llamaba al 112 alertado por algún conflicto.
Este martes, poco después del crimen, detenían al agresor que padece algún tipo de trastorno mental. Así lo afirman la media docena de vecinos consultados por Metrópoli. Hace unos meses había amenazado con un cuchillo de grandes dimensiones a su hermano. Fuentes vecinales explican que los conflictos en el edificio se han agudizado con la pandemia. El hombre lanzó aceite enfrente de la vivienda de una vecina de edad avanzada, jabón en el ascensor y puso silicona en algunas puertas. También cortó unos cables que permitían la conexión a Internet dejando a todo el edificio sin cobertura.
VECINOS DE TODA LA VIDA
Esta tarde, una vecina enmudecía al conocer lo sucedido. "Me da mucha pena porque los conocía de toda la vida. Los hermanos eran muy pequeños cuando vinieron sus padres a vivir", recuerda. Del matrimonio mayor solo se encontraba el padre, de unos 70 años. La mujer se encuentra en el pueblo de su madre, cuidándola.
La presencia de la policía junto a una ambulancia se había producido anteriormente. Los vecinos no conocen muchos detalles de las vidas de estos hermanos. Muchos confunden los nombres, o no saben identificarlos. "Los conocía de decir 'hola' y 'adiós'", señala una mujer. Sí coinciden en explicar que el padre se había jubilado poco después de cerrar un bar que la familia regentaba en la calle de la Mare de Déu del Coll, cerca de la plaza de Lesseps. "Creo que trabajaba allí a veces", comenta otro residente sobre la víctima.
CENTRO PSIQUIÁTRICO
Otra vecina recuerda la timidez de ambos hermanos. "Pasaban por al lado y les costaba trabajo saludar". Una mujer cuenta que prefería no preguntar sobre el estado del hermano por temor a inmiscuirse en la vida privada de la familia. "No quería parecer una chafardera", explica.
El detenido había estado ingresado en un centro psiquiátrico en más de una ocasión. "Parecía que después del episodio del cuchillo estaba más tranquilo", expresa un vecino. "Ahora decían que estaba mejor y mira", desliza otra habitante del inmueble.