La Policía Nacional en Barcelona detuvo en 2021 a 64 fugitivos en Cataluña, la gran mayoría localizados en el Área Metropolitana de Barcelona. Son datos facilitados por el inspector Carlos Gil que lidera el grupo 22, una unidad de ocho agentes que desde 2018 se dedica exclusivamente a la captura de fugitivos, la mayoría de ellos extranjeros. Traficantes de droga, mafiosos, y asesinos, entre otros, el grupo permanece alerta las 24 horas del día y los siete días de la semana.
Esta unidad recibió el año pasado un total de 122 casos. De estos, 74 se canalizaron a través de la orden europea de detención (OEDE), un mecanismo creado en la Unión Europea para agilizar las entregas de delincuentes buscados por los distintos países de la comunidad. Otros 48 expedientes se solicitaron mediante la OID, una orden internacional de detención, una figura legal que permite la extradición. Este último mecanismo, apunta Gil, contempla una serie de "excepcionalidades que dificultan la entrega de un fugitivo. Necesitan más permisos. Puede demorarse más tiempo".
LA RED ENFAST
La policía europea Europol creó en 2013 la red ENFAST para intensificar la coordinación entre las distintas policías. La Unión Europea y la zona Shenghen permitían una mayor facilidad de movimientos entre ciudadanos europeos, una circulación que lógicamente aprovechan también los delincuentes.
Mediante esta red de información, las policías se informan entre ellas sobre prófugos de su nacionalidad. Ocurrió, por ejemplo, con la detención de El Gato, un ladrón chileno refugiado en Roquetes (Nou Barris). En este caso, sin embargo, este ladrón evitó su extradición después de negarse a hacerse una PCR en el avión. Suecia, el país donde cometió el golpe, se negó a llevárselo y el hombre desapareció.
20 HUIDOS FUERA DE CATALUÑA
De los 122 casos recibidos por la Policía Nacional en Barcelona, los agentes de Gil localizaron a 20 de ellos fuera de Cataluña. Estos criminales –algunos con juicios pendientes y otros, como los mafiosos italianos, con condenas pendientes de cumplir– se encontraban repartidos por la geografía española. Seis de estos prófugos de la justicia tuvieron suerte, al menos de momento, pues los agentes no han logrado recabar ninguna pista sobre su paradero. Los policías siguen gestionando 43 expedientes del año pasado.
En 2020, el grupo 22 detuvo a 41 fugitivos la cifra más baja desde 2018, cuando el cuerpo empezó a contabilizar los huidos capturados. En 2019 arrestaron a 62 personas y en 2018 a 58 huidos.
Barcelona es una de las principales ciudades europeas donde los criminales huidos encuentran refugio. "Aquí hay una comunidad italiana muy grande. Se sienten cómodos aquí. Parecen tópicos, pero aquí tenemos sol, buena comida y un buen nivel de vida. A los suecos les encanta. Estamos en un país turístico de primer orden y es fácil pasar desapercibido. Luego, España tiene suficientes vías de comunicación terrestre y marítima, y eso les permite mantener contacto con sus familias y seguir contactando con su grupo criminal para proseguir con sus exportaciones", explica el inspector.
EL PEDERASTA Y HOMICIDA JOSEPH BRECH
Uno de los casos más complicados al que se enfrentaron la unidad de Gil fue el del pederasta y homicida Joseph Brech, un holandés que en 1998 violó y mató a un menor durante un campamento. Veinte años después del crimen, en 2018, la Policía Nacional lo detuvo en una zona montañosa del municipio de Castellterçol (Barcelona). El fugitivo, experto en supervivencia, vivía desde hacía años en el bosque. Su perdición fue la granja a la que acudía regularmente a trabajar a cambio de comida. Uno de los hombres –también holandés– que habitaba en esta granja en la que se hacían sesiones de espiritualidad lo descubrió después de ver su imagen en la televisión de su país. La huida de Brech había terminado.