Oleada de vandalismo en el barrio de Sant Antoni. Comerciantes de la zona, entre ellos la entidad Som Sant Antoni, denuncian un incremento de grafitis en tiendas y comercios. "En una semana, que tengamos controlados, se han pintado unos 10", critica la presidenta de Som Sant Antoni, Lídia Núñez.

El establecimiento de Lídia es de fotografía. Explica que hace tres semanas el Ayuntamiento le limpió la persiana que tenía llena de pintadas. De poco ha servido. Se la han grafiteado de nuevo. "Estamos muy cansados", critica la presidenta de Som Sant Antoni, que tiene su tienda en la avenida de Mistral. Los comerciantes piden al Ayuntamiento y a la Guardia que actúe y se multe.

Cada año, el Ayuntamiento se gasta 4,6 millones de euros en la limpieza de grafitis en la ciudad. A principios de 2021, adjudicó un contrato hasta 2023 por valor de valor de 13,7 millones. En un año, los servicios de limpieza pueden quitar de fachadas, paredes y otros elementos urbanos públicos y privados cerca de 400.000 metros cuadrados de pintadas.

PINTADO UN TOLDO

A Guillermo Tarriño, dueño de una zapatería en Manso con Viladomat, en esta ocasión le han pintado hasta el toldo, lo que supone un problema extra. "Intentaré darle la vuelta y que no se vea". Tarriño dice que el incivismo dura desde hace tiempo. Solo en el último año ha tenido cinco incidentes. En una ocasión hasta le intentaron quemar el toldo que ahora le han pintado. 

Grafitis en comercios de Sant Antoni, esta semana / CEDIDAS

En ocasiones, los propietarios de los comercios encargan a artistas que les pinten la persiana con algo bonito para evitar que se la vandalicen. Una acción artística de este tipo puede costar hasta 600 euros, cuenta Lídia. Pero ni así se libran de que les vandalicen las persianas del establecimiento. Según Tarriño, se ve poco a la Guardia Urbana. 

GRAFITIS PROHIBIDOS POR LA ORDENANZA DE CONVIVENCIA

En términos generales, la normativa municipal es muy clara sobre las pintadas. El artículo 20 de la Ordenanza de convivencia, aprobada a finales de 2005 con Joan Clos de alcalde, establece la prohibición de hacer pintadas y grafitis en todo el espacio público, así como en el mobiliario urbano, vehículos del transporte público, equipamientos y edificios públicos o privados.

Sin embargo, la normativa establece excepciones. Sí que se permiten los murales artísticos con la autorización del propietario o del Ayuntamiento en espacios habilitados para ello. Cuando el grafiti se quiera hacer en un bien privado "que se encuentre de forma visible o permanente en la vía pública será necesaria, también, la autorización expresa del Ayuntamiento".

Fotomontaje con mobiliario de terrazas quemado, en el barrio de Sant Antoni / CEDIDA

MULTAS DE HASTA 3.000 EUROS

La Ordenanza de convivencia -conocida popularmente como Ordenanza de civismo- prevé un régimen de sanciones por hacer pintadas. Las multas oscilan entre los 120 y los 3.000 euros en función del nivel de la infracción: leve, grave (cuando las pintadas afectan a los elementos de transporte o señales viarias, entre otros) o muy grave (por ejemplo, los grafitis en monumentos o edificios catalogados).

En enero, Metrópoli ya se hizo eco de otra ola de vandalismo en Sant Antoni. Tres bares amanecieron con mesas, sillas y parasoles quemados. Los negocios afectados se encontraban en la avenida de Mistral y en la calle de Rocafort.

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