El anillo de plata de una joyería el pasado noviembre de 2021 ha sido uno de los robos más destacados en comercios del barrio de Sant Gervasi - Galvany. El ladrón se lo llevó sin emplear violencia, al descuido. Entró en la tienda, se hizo pasar por cliente y cometió el hurto sin llamar la atención. Cuando el dueño se dio cuenta ya era demasiado tarde. José Carlos Raso hace scroll (arrastra) con su móvil desde el grupo de Whatsapp formado por 69 comerciantes. El chat refleja la intensa actividad de varios ladrones que actúan en la zona alta. Los negocios advierten de un incremento de estos robos en los últimos meses, la mayoría de ellos hurtos.

A la farmacéutica Cinta Tomàs le toca lidiar a menudo con diferentes ladrones. Últimamente, un hombre se ha encaprichado con su local ubicado en la calle Teodora LaMadrid. En las últimas semanas el individuo ha visitado su negocio en tres ocasiones. "Nos sentimos desamparados por la administración", comenta este pequeña empresaria que echa de menos más presencia policial. Coincide con ella Raso, dueño la tienda para mascotas Peludos House, quien pide más presencia policial. "Queremos sentirnos apoyados", comenta.

"LOS HURTOS SON DIARIOS"

Libya Riba, otra farmacéutica de la calle Balmes, también asegura que los hurtos en su negocio han aumentado. "Son diarios. Los Mossos d'Esquadra han venido alguna vez a repasar las imágenes de la cámara de seguridad para encontrar a los ladrones. Una vez en el Barcino (un club de tenis) le robaron la tarjeta a un hombre y se gastaron más de 4.000 euros", asegura. Los comerciantes denuncian el "descaro" de los delincuentes que ni se molestan en cambiar de barrio para comprar productos con una tarjeta robada. 

La farmacia de Riba, además, ha sufrido dos atracos violentos. Los dos con cuchillo. El primero ocurrió durante las navidades de 2020. La suerte no acompañó a los ladrones, que se fueron a toda prisa con las manos vacías después de recibir un sobre y una carpeta vacías que le entregó la temblorosa dependienta. En verano de 2021 sufrió un atraco idéntico, cuchillo en mano, y el ladrón se llevó 500 euros.

Los comercios que forman el grupo de Whatsapp lucen un cartel en el que se lee "Alerta. Comercios organizados. Aviso inmediato Whatsapp a comercios del barrio". En el grupo de mensajes, los pequeños empresarios describen a los sospechosos y alertan de su recorrido. En un intento de disuadir a los rufianes, el panfleto también avisa de que se envían las imágenes de seguridad a la policía. Riba apunta que una herramienta de disuasión que funciona muy bien en el sector farmacéutico es una máquina de cobro automático que no permite a los trabajadores acceder al dinero. 

REUNIÓN CON ARTADI

La percepción de inseguridad llegó a oídos de la entonces presidenta de Junts per Catalunya en Barcelona, Elsa Artadi. Ocurrió pocos días antes de anunciar que se retiraba de la política en activo. La concejal independentista se reunió con una decena de titulares de diferentes farmacias de Sarrià. Durante la conversación, el tema estrella fue la seguridad. El regidor de Junts, Jordi Martí, opina que es necesaria una "presencia permanente" de policías en el barrio. "Necesitamos más policías en la calle. Con uniforme o de paisano, lo importante es la prevención y la policía de proximidad", explica.

José Carlos opina que a la Guardia Urbana no se le ve por el barrio. Desde Barnavasi, la agrupación de comercios del barrio, Cristina explica que los hurtos son los únicos delitos que han subido y explica que la policía "está encima de estos robos". Una portavoz municipal señala que los equipos de policía de barrio de la Urbana están activos. En las Audiencias Públicas, explica, se dan a conocer los teléfonos para contactar con estos agentes.

MULTIRREINCIDENCIA

Tomàs apunta a otro problema, para ella clave, para entender la actividad constante de estos delincuentes: la multirreincidencia. Como ella, muchos comerciantes evitan denunciar, como admite Barnavasi. Tomàs cuenta que uno de los ladrones recurrentes de su negocio fue absuelto incluso cuando una de sus dependientas lo reconoció ante la policía. "Denunciar es perder el tiempo", cuenta la mujer. 

Isabel cuenta que su tintorería Torres es una "fortaleza". Su mala experiencia la tuvo hace casi un año, alrededor de la verbena de Sant Joan. Le rompieron la puerta de cristal y le robaron unos 1000 euros en efectivo. "Por suerte no me robaron ropa de valor que suelo tener", comenta.

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