A Javier Segura le esperan 12 años y medio de condena en una cárcel española. Es uno de los traficantes de droga más temidos de Cataluña. Segura se dio a la fuga hace siete años, cuando estaba pendiente del juicio por robar 200 kilos de cocaína de un contenedor en el puerto de Barcelona.
El narco, de 55 años, llevaba desde entonces viviendo en República Dominicana. La policía lo detuvo en un resort de lujo. Allí viajaba constantemente su hijo, de 14 años. Es por esto que los agentes se fijaron en el país, al que también iba a parar buena parte del dinero del clan.
EN PARADERO DESCONOCIDO
Los Mossos d'Esquadra no conocían el paradero del narcotraficante desde que uno de sus compinches, El Bolo, dio el chivatazo. Ambos protagonizaron un violento "vuelco" en el año 2005: se apoderaron, tal y como informa El País, de un alijo de cocaína camuflado en el barco La Hispaniola.
En el caso también cayeron siete agentes de la Guardia Civil y un inspector de Policía Nacional por dar el chivatazo y colaborar con la banda. El Bolo asumió la pena de prisión y reveló la ubicación de Segura.
CONDUCÍA UN MASERATI
La policía vigiló el aeropuerto de Punta Cana, donde vieron al narcotraficante recogiendo a su hijo en más de una ocasión. El hombre conducía un Maserati, valorado en más de 100.000 euros, con los cristales tintados. Sin embargo, la pista se le perdía porque conducía a una gran velocidad.
En abril de este mismo año, los agentes lo siguieron hasta el resort donde se refugiaba, en Playa Bávaro, con una mujer rusa y una identidad falsa.
DIFÍCIL EXTRADICIÓN
La detención fue una cosa, pero el proceso de extradición, otra. Aunque existe un convenio bilateral entre España y República Dominicana, su aplicación es de gran complejidad. De hecho, hay muchísimos casos pendientes, incluso de asesinato.
Si Segura se hubiese opuesto, la Corte Suprema podría haber ordenado su libertad mientras el asunto se decidía. Sin embargo, el traficante ha aceptado la extradición.