Jonathan Pinto, un joven DJ de 28 años, salía de trabajar de una discoteca de la calle Tusset como cualquier otro fin de semana. Lo que no sabía es que la madrugada del domingo, 30 de octubre, marcaría un antes y un después en su vida y en la de dos chicas más. Jonathan escribió un whatsapp a su hermana para comprobar que no volvía sola a casa.
Cuando ésta le respondió que volvía acompañada, retomó despreocupado su ruta habitual. Al girar por la calle Maria Cubí se encontró con dos chicas jóvenes y decidió cruzar para no incomodarlas. Cuando él ya bajaba por calle Balmes, las escuchó gritar y no dudó "ni un segundo" en correr a ayudarlas.
"ME ASUSTÉ CUANDO VI TANTA SANGRE"
Cuando llegó al lugar de los hechos, el joven relata que se encontró a Noa García, de 21 años, tirada en el suelo después de recibir un golpe con una piedra en la zona de ojo. La amiga de Noa, Jana Navarro, estaba recibiendo varios puñetazos en ese momento y Jonathan no dudó en actuar.
"No me esperaba que fuera un hombre de 50 años", asegura el joven, "pero cuando vi la situación le hice un placaje e intenté inmovilizarlo" añade. El DJ explica que dudó si hacerle una llave pero, al verle más calmado, se relajó y el agresor aprovechó para propinarle un codazo. "Me asusté cuando vi tanta sangre", explica aún atemorizado a Metrópoli. "Pensé que era de él pero me dijeron que era mía" puntualiza. Un forcejeo que acabó saldándose con seis puntos para Jonathan.
"NO FUI EL ÚNICO QUE AYUDÓ"
En el momento en el que Jonathan recibió el duro golpe, apareció en escena otro joven que le ayudó a inmovilizarlo: "no fui el único que ayudó". Jonathan explica que no tiene conocimientos de artes marciales pero recordó "cómo actúan los agentes de seguridad de las discotecas".
"Si le hubiera pasado a mi hermana, me hubiera gustado que hubiesen actuado igual". Un acto impulsivo que acabó salvando la vida de las dos jóvenes. El Servicio de emergencias médicas (SEM) no tardó en llegar para asistir a los 3 heridos, que fueron trasladados al hospital.
El lunes, 31 de octubre, el agresor, ingresó en prisión comunicada y sin fianza.