Las alarmas saltaron cuando los vecinos comenzaron a denunciar una y otra vez todos los problemas que generaba un bar en el barrio del Poble-sec de Barcelona. Ese establecimiento, con el tiempo, se había convertido en un polvorín de inseguridad y problemas de convivencia con los vecinos. Por ello, los Mossos d'Esquadra, junto a la Guardia Urbana y la Policía Nacional efectuaron un registro del lugar.

Según explica la policía autonómica catalana en sus redes sociales, se llevaron a cabo 38 identificaciones y se levantaron 15 actas por posesión de drogas. También se detectaron 3 infracciones administrativas dentro del establecimiento.

Además, los agentes incautaron dos armas blancas dentro del local.

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