El Ayuntamiento de Barcelona no descolgará el cartel de se vende en El Molino. Así lo ha anunciado el teniente de alcalde de Cultura de Barcelona, Jaume Collboni, quien ha descartado este martes que el consistorio vaya a comprar la mítica sala del Paral·lel como tampoco comprará el Teatre Principal.
Según ha puntualizado Collboni, el Ayuntamiento "no está en disposición de asumir" sus precios ni condiciones, pero sí ha asegurado que el gobierno municipal trabaja para preservar su esencia: que las salas sigan teniendo un uso cultural.
El teniente de alcalde de Cultura ha considerado que la avenida Paral·lel, en la que se ubica El Molino, debe continuar siendo un eje cultural de primera magnitud, y ha declarado que el Principal ha sido y debe seguir como uno de los "focos de la cultura de La Rambla".
Las declaraciones de Collboni se producían en el transcurso de la comisión municipal de Derechos Sociales, Cultura y Deporte donde se ha aprobado una propuesta del grupo Demòcrata para que la Sala Granados, en la avenida Tibidabo y en desuso desde 2010, sea un equipamiento cultural dedicado a la música. Para ello se ha propuesto un acuerdo de compra, permuta, cesión o alquiler de la propiedad que han apoyado todos los grupos excepto la CUP, el PSC y BComú.