El 25 de abril de 1992, la capital catalana dijo al unísono y con emoción "¡Hola!" al mundo. Seis años antes, con la ya mítica frase “À la ville de...Barcelona” se le otorgó la deseada misión de acoger los Juegos Olímpicos y Paralímpicos del 92. Ese momento fue la mecha que encendió la llama del espíritu olímpico que hace 25 años llenó de orgullo deportivo y social las calles de la ciudad. Este martes, con el recuerdo más presente que nunca, la Barcelona olímpica ha celebrado sus bodas de plata, y para ello ha vuelto a acercar la fiesta hasta el epicentro de la capital, hasta el corazón urbano: plaça Catalunya.
En su reducido y abarrotado espacio, miles de personas esperaban desde las 20:00 horas que la fiesta se tiñera con los colores olímpicos, pero esta se haría esperar hasta pasadas las 22:30 horas. Hasta entonces, en la plaza se han podido ver caras de voluntarios enfundados en sus queridos uniformes, excorredores que aquel día portaron la antorcha, extrabajadores públicos que durante los JJOO y los JJPP velaron por la seguridad de la ciudad, turistas que preguntaban por el motivo de tanta festividad y sobre todo, nostálgicos que ritmo del swing y del blues del grupo Mambo Jambo, esperaban la gran actuación. El cielo amenazaba lluvia, pero el número de asistentes crecían conforme se acercaba la hora señalada.
EMOCIÓN A FLOR DE PIEL
Con el retraso propio de actos conmemorativos como el de este martes, la antorcha olímpica ha llegado al centro neurálgico de la fiesta tras recorrer 6,5 kilómetros. El exjugador olímpico de baloncesto Juan San Epifanio 'Epi', ha sido el encargado de cubrir el último relevo junto a la atleta paralímpica Purificación Santamarta. Allí les esperaban unas 3.000 personas divididas por un pasillo humano formado por voluntarios de la Barcelona del 92. Entre ellos, Maria Ángeles Mateo, una de las personas que aquel 25 de julio fue, sin quererlo, una de las protagonistas de una noche mágica. “Estuve en la Fura dels Baus en la ola y después fui chófer”. Por aquel entonces, se aventuró a formar parte de la celebración tras leer un anuncio en el diario y este martes no se ha querido perder la fiesta, como tampoco lo ha hecho Felipa Prado.
“Hacíamos las acreditaciones en el aeropuerto”, explica emocionada enseñando una de las tantas que preparó. “Nosotros somos un grupo que nos reunimos todos los años debajo del pebetero de 19:30 a 20:00 horas, estemos donde estemos. Yo condiciono mis vacaciones al 25 de julio”, sostiene sin soltar un peluche muy especial: una figura de Cobi que le regalaron aquel año sus compañeros. Junto a ella, otra voluntaria que mostraba orgullosa su próximo número para jugar a la lotería: el 25792.
EL ENCENDIDO, 25 AÑOS DESPUÉS
Pero ha sido con el tiro del exarquero paralímpico Antonio Rebollo que la magia ha vuelto a deslumbrar la ciudad. Rebollo ha encendido la flecha como hace 25 años, ha apuntado hacía un cielo nublado y ha vuelto a rememorar uno de los momentos más icónicos de la gala de inauguración. En un abrir y cerrar de ojos, ese lanzamiento escenificado se ha convertido en un escenario iluminado por el fuego artificiales al tiempo que un sistema remoto devolvía las llamas a su origen: el pebetero del Estadi Olímpic Lluis Companys.
Un castillo de fuegos artificiales ha silenciado por un momento una plaza que poco después vibraba como aquel 25 de julio de 1992. El broche de oro subía al escenario poco después cuando el mítico grupo de Los Manolos han tocado algunos de unos temas coreados por los asistentes. Pero la fiesta olímpica empezaba mucho antes. Concretamente a las 20:00 horas en el Palauet Albéniz.
REENCUENTRO OLÍMPICO
Mientras los barceloneses se han citado en plaça Catalunya para celebrar las bodas de plata de Barcelona' 92, atletas y autoridades se han reunido en un acto del Palauet Albéniz que ha servido como reencuentro de la gran familia olímpica. Como lo fue hace 25 años, la noche de este 25 julio ha sido también una noche de emociones a flor de piel que ha empezado incluso antes de que llegaran los discursos y homenajes institucionales, con la aparición del exalcalde de la ciudad, Pasqual Maragall, quien posteriormente ha protagonizado los agradecimientos de todos los representantes políticos y deportistas.
Especialmente sentidas han sido las palabras de la actual alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, visiblemente emocionada al agradecer a Maragall “perseverar cuando otros lo hubiesen dejado, habernos transmitido su amor por la ciudad, su coraje y determinación y enseñarnos a estar orgullosos de Barcelona”. En la misma línea, el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y el Rey Felipe VI también han querido reconocer el papel que desempeñó el entonces alcalde de Barcelona en la celebración de los Juegos.
Del mismo modo, los atletas también han querido demostrar su agradecimiento a Maragall y numerosos medallistas olímpicos y paralímpicos como los jugadores de baloncesto Nacho Solozábal, Juan Antonio San Epifanio 'Epi', el waterpolista Dani Ballart o el tenista Àlex Corretja se han fotografiado junto a él.
DISCURSOS EN CLAVE POLÍTICA
Los representantes institucionales tampoco han dejado pasar la oportunidad para lanzar mensajes en clave política en sus parlamentos y barrer para su casa. Colau ha remarcado los retos que tiene por delante Barcelona, entre los cuales ha destacado la subida abusiva de los precios del alquiler, la lucha contra el cambio climático o la lacra del machismo.
Por su parte, Puigdemont ha destacado el papel de los Juegos como espejo en el que Catalunya proyectó su identidad al mundo, mientras quel Rey ha recordado que “Barcelona'92 es uno de los mejores ejemplos de cómo todos juntos podemos lograr grandes cosas”.
Asistentes al acto celebrado en el Palauet Albéniz
LOS ATLETAS, JUNTOS DE NUEVO
Aunque al acto se le ha querido dar un carácter totalmente institucional, lo cierto es que a ratos la recepción ha funcionado más bien a modo de reunión de exalumnos. Solo que aquí el denominador común no eran los años compartidos en las aulas, sino el recuerdo de un hito deportivo que cambió la vida de sus asistentes, como muchos de ellos han recordado ante los periodistas.
Tras finalizar los parlamentos, esta vez no se ha necesitado la voz en off de Constantino Romero rogando a los atletas que bajaran del escenario. Eli Maragall, medalla de Oro en Barcelona' 92 y sobrina del exalcalde, ha iniciado el recorrido de la antorcha olímpica a la que la mayoria de deportistas han seguido para dar el relevo en su camino hacia plaça Catalunya, donde finalmente se han reencontrado con el resto de barceloneses.
La lluvia ha teñido los últimos momentos de la fiesta olímpica, pero ello no ha impedido que Barcelona vuelva a ser olímpica. Otra vez.
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