Leo Messi es el factor diferencial. El jugador capaz de convertir un grupo dubitativo en un equipo fiable y demoledor. En una nueva exhibición futbolística, el astro argentino lideró la venganza azulgrana ante la Juventus (3-0) en la Champions. Marcó dos goles y fabricó el otro, anotado por un Rakitic tocado por una varita mágica.
El Barça entró en un estado depresivo tras ser golpeado por el Real Madrid en la Supercopa. Valverde apenas se inmutó mientras el club hacía el ridículo en el mercado futbolístico y aportó la tranquilidad necesaria para revertir la situación. Recuperó las señas de identidad del equipo y se encomendó a Messi, que combina su mejor interpretación de los partidos con la pegada de antaño.Y con Leo enchufado, el Barça puede con todo.
CUENTA PENDIENTES
Messi, muy motivado, tenía una cuenta pendiente con la Juventus y otra con Buffon, a quien nunca le había marcado un gol. Este martes anotó dos tantos y ya suma siete en las últimas tres citas. El primero, en el último suspiro del primer tiempo fue providencial.
Con el viento a favor, el Barça controló perfectamente el partido y desactivó a la Juventus. En la Liga suma nueve goles a favor y ninguno en contra. En la Champions mantiene el mismo promedio. Del desánimo se ha pasado a la esperanza en el Camp Nou. Con Messi, soñar es gratis.