Leo Messi todavía no ha firmado la renovación de su contrato, que incluía una mejora salarial hasta 2021, porque está molesto con Josep Maria Bartomeu, presidente del FCBarcelona.

Un mes y medio después del acuerdo verbal entre las dos partes y de que el máximo dirigente del Barça anunciara la firma del contrato, el futbolista internacional sigue sin estampar su rúbrica. Messi, según ha podido saber Metrópoli Abierta de fuentes próximas al jugador, está decepcionado con la política deportiva de la entidad. Con la ausencia de fichajes de nivel.

Messi pidió una mejora salarial para prorrogar su contrato (el actual termina en 2018), pero también exigió garantías deportivas. En plena negociación, Bartomeu le prometió que potenciaría la plantilla con el fichaje de una o dos estrellas. A día de hoy, la realidad nada tiene que ver con las palabras del presidente.

La marcha de Neymar ha sido un duro golpe para Messi. El 10 consideraba que el brasileño era el socio ideal para desequilibrar a las defensas rivales por su clase y desparpajo. Asumida la salida de Neymar, el delantero argentino esperaba que el club reaccionara inmediatamente con alguna contratación sonada, pero las únicas incorporaciones han sido de perfil bajo. Ni Semedo ni Paulinho ilusionan a Leo ni a la masa social barcelonista.

COUTINHO Y DEMBLE

Messi espera noticias. Ha dado el visto bueno a los fichajes de Coutinho y Dembele, pero su entorno considera que estas dos incorporaciones serían insuficientes para recortar la distancia actual respecto al Real Madrid.

El delantero está muy preocupado por la caída del equipo, que no ha sabido renovarse en las últimas temporadas. Messi, además, considera que tendrá muchas dificultades para ganar otra vez el Balón de Oro si el Barça no conquista la Champions, posibilidad que la plantilla considera, ahora mismo, muy remota.

La inquietud de Messi es compartida por sus compañeros y por su entrenador. En la rueda de prensa previa al debut liguero contra el Betis, Ernesto Valverde insinuó su malestar. “Me gustaría contar con una plantilla acorde a las exigencias”, comentó el técnico azulgrana, a quien Bartomeu le comentó que haría todo lo posible para tener la plantilla cerrada cuando comenzara la pretemporada. Horas antes del inicio de la Liga, quedan muchos asuntos por resolver.

EL AVISO DE MINGUELLA

Las tensiones actuales entre la plantilla del Barça y la cúpula del club, con reproches en ambas direcciones, se han agravado desde la salida de Neymar.

Messi y sus compañeros tuvieron conocimiento del deseo de Neymar de fichar por el PSG durante la boda del crack argentino, el pasado 30 de junio. Un mes antes, el exrepresentante Josep Maria Minguella informó de las negociaciones del delantero con el club parisino tras una filtración recibida de la Confederación Brasileña de Fútbol. Entonces ya se hablaba de que el jugador cobraría 30 millones de euros netos por temporada (cinco) en Francia y que su padre percibiría una prima de 50 millones.

“Informé al Barça de las intenciones de Neymar e incluso mandé un whatsapp para dejar constancia de mi aviso porque vi que nadie me hacía caso”, comentó Minguella a este medio. “El problema es que en el Barcelona nadie entiende este negocio y no tiene sentido que no se anticiparan a la marcha de Neymar y ficharan a un crack. El club ha desaparecido de la primera línea mediática y esta situación puede durar varios años”, sentenció el exrepresentante.

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