El Barça, campeón de Copa. Otra vez. El efecto Pesic ha reactivado a un equipo que hace dos semanas estaba hundido en la miseria. En la final, el cuadro azulgrana derrotó al Real Madrid (90-92) en un partido que dominó durante muchos minutos con gran suficiencia pero que se lo complicó en el último cuarto. El deseo del Barça, acertado y sufridor a partes iguales, tumbó a un Madrid con más recursos.
Pesic es el mejor remedio a los males del Barça. En 2002 fue contratado por Joan Gaspart para enterrar la maldición de la Euroliga y el equipo se proclamó, por primera vez, campeón de Europa. Cerró su primera etapa con dos Ligas, una Copa del Rey y la citada Euroliga, pero salió en globo del Palau, en plena guerra interna entre laportistas y rosellistas en la junta directiva azulgrana.
Pesic, aclamado por la afición, regresó 14 años después gracias a su complicidad con Bartomeu, quien acumula muchos errores de bulto en la sección de baloncesto. Desde que accedió a la presidencia, el Madrid ha castigado al Barça con mucha crueldad. La plantilla blanca está a años luz de la barcelonista, pero llegó el cuadro azulgrana enrabietado a Canarias y abandonará la isla con una copa muy preciada. En tiempos de crisis, una celebración calma muchas tensiones.
UN MADRID ALTIVO
El Barça, muy mentalizado, supo desactivar a un Madrid altivo. Ribas, con 21 puntos, y Tomic, con 17, fueron los máximos anotadores del campeón. También brillaron Hanga y Sanders, ambos con 12 puntos. Heurtel también tuvo muchos minutos de calidad y el carácter de Oriola penalizó al grupo de Laso. Un último cuarto espectacular no fue suficiente para derribar al Barça más combativo de los últimos años.
La Copa del Rey aliviará las penas de un Barça con urgencias. Herido de muerte en la Euroliga, el equipo azulgrana será un claro candidato al título en la Liga ACB. Con Pesic todo es posible, aunque el técnico fetiche lo tendrá muy difícil para prolongar el milagro. Los errores de Bartomeu son de bulto y el Barça no puede ser pusilánime a la hora de planificar su futuro. Los milagros no pasan cada día y en los despachos deberían planificar ya la próxima temporada. Jasikevicius sería una buena opción. El era el base del campeón de Europa en 2003. Y Pesic su jefe.