Primero fue México –con permiso de Argentina–; le siguió, probablemente, Perú, después vinieron Venezuela, Brasil, Colombia… y al final la cocina latinoamericana al completo se ha instalado, y todo indica que para quedarse, en Barcelona. Lo confirma la gran cantidad de restaurantes latinos, muchos de ambiente hipster y aire contemporáneo, que triunfan entre una clientela siempre en busca de nuevas emociones gastronómicas, con paladar intrépido y ganas de comerse el mundo. Seguro que nos dejamos algunos, pero estos diez se encuentran entre lo mejorcito en cocina latina en Barcelona. ¿Cuáles faltan?

AJÍ (PERÚ)

El restaurante de cocina nikkei ubicado en el Casino de Barcelona es una joya para todos aquellos amantes, y son legión, de la cocina peruana fusionada con la japonesa. La mezcla de ambas tradiciones gastronómicas es el resultado de la inmigración japonesa que llegó a Perú, y que poco a poco combinó sus técnicas y su savoir faire con los voluptuosos productos locales. Esta fusión da lugar a platos decididamente coloridos y sabrosos, como los de este restaurante comandado nada menos que por Santiago Forero, de cuyos platos pudimos disfrutar en aquel primer Tanta que nos enamoró hace años. Acaban de estrenar carta de primavera y nosotros ya la hemos probado: no dejéis de hincar el diente a su ceviche, ni de probar cualquiera de sus piezas de sushi, excepcionales. Su menú de mediodía a 21€ es un lujo, con una relación calidad-precio inmejorable.

Restaurante Ají. Marina, 19.



 

TARANTÍN (CARIBE)

Había una vez un matrimonio venezolano que se instaló en Barcelona para abrir un restaurante. Pese a su conocimiento de la cocina venezolana, Miguel y Paola decidieron apostar por una cocina caribeña que agrupase a diversos países de la América Central. Así pues, en la carta escueta y divertida de este solvente Tarantín encontramos propuestas de Trinidad y Tobago, Puerto Rico, Cuba, República Dominicana, Jamaica, Martinica o Guadalupe. La cocina, a base de platillos, es sencilla y sabrosa. Tienen un cóctel de gambas fresco con un toque agridulce sensacional, y un curry de raíces también muy interesante. Elaboran también unos zumos riquísimos con frutas frescas, cuentan con diversos tipos de ron y van a tratarnos como si estuviésemos en su casa. De hecho, el local, alargado, pequeño, con la cocina a la vista, prácticamente lo es.

Tarantín. Aribau, 186.



 

CAÑA DE AZÚCAR (VENEZUELA)

Este restaurante decorado como una casa venezolana, con un gusto excepcional y una atención al detalle que nos mantendrá entretenidos durante toda la velada, es producto del esfuerzo de cuatro socios venezolanos que decidieron traer a Barcelona lo mejor de su gastronomía. De la mano de la chef Adnaloy Osío, en Caña de Azúcar encontramos platos venezolanos de gran nivel, que demuestran el vínculo de la chef con la alta cocina tras muchos años trabajando a las órdenes de Martín Berasategui en Lasarte. Aquí los platos rezuman técnica, las presentaciones son impecables, los cócteles tienen ese algo que no conseguimos aquí y las arepas, caseras, brillan con luz propia en una carta sensacional, en la que encontramos desde tequeños a ceviches.

Caña de azúcar. Muntaner, 69.



 

OAXACA (MÉXICO)

Ya empieza a ser un clásico entre los viejos nuevos restaurantes mexicanos, y es que el chef Joan Bagur y su equipo manejan como nadie la cocina mexicana tradicional con toques contemporáneos, mucha técnica y pasión a raudales. En este local de diseño, cool, contemporáneo, de ambiente siempre sofisticado e informal, vamos a encontrar los grandes platos de la cocina mexicana, que van desde el auténtico guacamole con totopos y chicharrón a una cochinita pibil de raza ibérica con frijoles de olla o un fantástico atún en aguachile rojo. De postre, no olvidéis pedir La ruta del chocolate de Oaxaca y acabar el festín con un mezcal de su profusa carta.

Oaxaca. Pla de Palau, 19



 

FOgO (BRASIL)

El chef Joao Alcantara era una figura mediática en su Brasil natal –tenía un programa de cocina en la televisión nacional– cuando decidió viajar a Barcelona para ponerse a las órdenes del futbolista Dani Alves, que le contrató como cocinero. Alves valoraba de Alcantara su profundo conocimiento del recetario tradicional brasileño, su manejo de las técnicas de vanguardia y su capacidad de poner al día los platos más contundentes de Brasil para darles un toque healthy y vanguardista. De este idilio entre el chef y el futbolista nació FOgO, un restaurante de alta cocina brasileña en el que descubrir nuevos ingredientes, platos sorprendentes y emocionantes, y acompañarlos de una selección de cócteles de autor.

FOgO. Còrsega, 231.



 

PANKO BY DAVID GUEVARA (PERÚ)

Que Perú está de moda lo demuestran la gran cantidad de restaurantes peruanos y nikkei que han abierto en los últimos tiempos en Barcelona. Uno de nuestros preferidos es este minúsculo espacio del Eixample, en el que encontramos apenas cuatro mesas y una pequeña barra en la que el cocinero David Guevara hace de las suyas día tras día. Su menú diario a 16,90 € es la mejor manera de disfrutar de una selección de propuestas dignas de cualquier restaurante gastronómico, entre las que destaca uno de los mejores sushis que hemos probado en Barcelona. Por la noche, hay que cenar de carta y las opciones son múltiples: tiraditos, ceviches, anticuchos, unos mochis de nota… Saldremos con la sensación de haber degustado auténtica cocina de autor sin habernos dejado el sueldo.

Panko by David Guevara. Viladomat, 249.



 

LASCAR 74 (LATINO)

En la cima del barrio del Poble-Sec encontramos este rincón trendy a rabiar que hace bandera de dos cosas que es difícil no amar: los ceviches y el pisco sour. Y nos recuerda que ni una cosa ni la otra son patrimonio exclusivamente peruano, sino que se elaboran también (y muy bien) en otros países de Latinoamérica, desde México a Colombia o Venezuela. Aquí, en un ambiente cosmopolita y foodie, se hace bandera del ceviche utilizando ingredientes de diversos países latinos, en un homenaje a la fusión gastronómica que da lugar a platos sabrosos y extremados: una inyección de sorpresas gustativas para el paladar mediterráneo, poco acostumbrado a las emociones fuertes.

Lascar 74. Roser, 74.



 

SPOONIK (LATINO)

Jon y Jaime, colombiano y mexicano respectivamente, son los artífices de un local sin parangón en Barcelona. Porque Spoonik no se parece a nada, y esta personalidad propia es, al fin, una prolongación de la personalidad de sus chefs. Aquí tiene lugar noche tras noche un espectáculo sensorial y emotivo que va más allá de la gastronomía, en forma de un menú largo que fusiona lo mejor de la gastronomía latinoamericana –con especial énfasis en México y Colombia– con pinceladas de la cocina mediterránea. A Spoonik uno va a dejarse sorprender, a probar ceviches de frutas, cremas multicolores, cocciones insólitas, a descubrir técnicas hasta ahora desconocidas y a probar unos maridajes increíbles. Y, sobre todo, a que pasen cosas. Muchas cosas.

Spoonik. Bertran, 28.



 

YAKUMANKA (PERÚ)

Este local de alma peruana se encuentra en Barcelona pero podría hallarse en cualquier rincón de Lima, porque es una cevichería al uso, fresca, informal, divertida, comandada por uno de los grandes nombres de la cocina peruana contemporánea. Nos referimos a Gastón Acurio, algo así como el Ferran Adrià peruano, el mejor embajador de la cocina y la cultura de este país gracias a sus numerosos restaurantes alrededor del mundo. Tienen ceviches, anticuchos y, entre otras cosas, un delicioso solomillo salteado al wok que nos ha robado el corazón. Imprescindible.

Yakumanka. València, 207.



 

HOJA SANTA (MÉXICO)

Cómo hablar de restaurantes latinos sin referirnos a la niña mimada del chef Albert Adrià, que ostenta una estrella Michelin gracias a esta alta cocina mexicana inspirada en el recetario tradicional, en muchos casos en los más variopintos platos típicos callejeros. En este local agradable y coqueto podremos disfrutar de cócteles multicolores y de platos que toman forma de alta cocina sin perder su esencia popular: tacos, enchiladas, guacamole, moles… Con Hoja Santa, el chef demuestra su amor por las cocinas del mundo, como ya hace en su también estrellado Pakta (otro imprescindible, pero la lista era limitada) con la cocina nikkei.

Hoja Santa. Av. Mistral, 54.



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