El FCBarcelona dignificó su 25ª Liga con un maravilloso ejercicio de resistencia ante el Real Madrid. Ni la expulsión de Sergi Roberto pudo aniquilar al campeón en un Camp Nou que alternó su talante más combativo con los festejos del final. Siete Ligas en la última década confirman al Barça como el mejor club de España. Tres partidos le quedan al cuadro de Valverde para terminar invicto en una competición que ha dominado de principio a fin. El éxtasis azulgrana, sin embargo, solo será total si el Liverpool derrota al Madrid en la final de la Champions. En Kiev también jugará el Barça.

La enemistad entre el Barça y el Real Madrid es eterna y no hay clásico de guante blanco, por mucho que la Liga ya tenga dueño. Cuando los puntos no son decisivos, en juego está el orgullo, una variable que Zidane supo inculcar a sus jugadores, mucho más tensionados inicialmente que los futbolistas de Valverde. El técnico francés no reservó a nadie.

La afición azulgrana acudió al Camp Nou mucho más relajada que en otros grandes duelos. Tocaba festejar el doblete, otra Copa del Rey y otra Liga en una temporada que comenzó muy crispada. Durante el calentamiento de los jugadores del Madrid, los hinchas barcelonistas alternaron los gritos de “campeones, campeones” con el “Madrid cabrón saluda al campeón” que en tiempos pasados entonaron Eto'o y Piqué, entre otros. Tampoco faltó un espectacular mosaico, los cánticos para homenajear a Iniesta y los gritos a favor de la independencia de Catalunya.

El Barça comenzó con mucha intensidad y el gol de Suárez a los nueve minutos presagiaba una noche plácida. Nada más lejos de la realidad. El gol destensó al campeón y el Madrid, herido, apretó los dientes. No le duraba nada la pelota a los barcelonistas y el grupo blanco se adueñó del partido, con Cristiano Ronaldo muy activo. El portugués, hipermotivado, marcó el gol del empate y después erró dos remates clarísimos. CR7 fue muy pitado cada vez que tocaba el balón, pero la afición del Barça focalizó su malestar en el arbitraje de Hernández Hernández.

LA EXPULSIÓN DE SERGI ROBERTO

El árbitro canario le perdonó una tarjeta amarilla escandalosa a Bale tras una entrada escalofriante a Umtiti y los dos equipos se enzarzaron en una guerra de guerrillas que acabó con la expulsión de Sergi Roberto, que repelió una agresión previa de Marcelo.

Mosaico de campeones en el Camp Nou previo al Clásico



El Camp Nou, como en tantas y tantas ocasiones, clamó contra el Madrid y sus supuestos favores arbitrales. Los 97.939 espectadores que llenaban las gradas rescataron su perfil más pasional para tumbar al coloso blanco. La afición del Barça apretó lo suyo para intimidar a Hernández Hernández y estalló de júbilo con el segundo gol de Messi. El éxtasis, sin embargo, llegó poco después, con la sustitución de Iniesta por Paulinho.

El Barça supo gestionar mucho mejor el partido en inferioridad, con un Messi enrabietado, pero el fervor azulgrana perdió intensidad con el gol de Bale. Y el Camp Nou enmudeció cuando Marcelo fue derribado por Alba dentro del área barcelonista. Tocaba sufrir hasta la extenuación antes de festejar una Liga muy meritoria que terminó con mucho confeti y los futbolistas dando la vuelta de honor 40 años después de que Josep Lluís Nuñez fuera proclamado presidente. Hoy, el Barça suma títulos con una voracidad que muchos no podían ni imaginarse en los años 70. Hoy, el Barça sí es un club triomfant.

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