El Gran Premio de España de Fórmula1, que se disputó el pasado domingo en el Circuit de Montmeló, volvió a estar marcado por la polémica de los himnos español y catalán. No era la primera vez pero en esta ocasión, dado el momento politizado que vivimos, ha dejado un reguero de gasolina que amenaza con volver a encenderse a la mínima.

El presidente de la Federación Española de Automovilismo (RFEA), Manuel Aviñó, ha hecho público un largo comunicado de prensa criticando no tan solo el tema de los himnos, sino también la presencia de la bandera catalana junto a la española. En el segundo de los seis puntos del comunicado se lee:

“(...) tratándose del GP de España, y como el reglamento habla en singular del himno nacional, este no puede ser otro que el Himno de España o Marcha de Granaderos, -que es el único himno oficial de España desde 1770-, y no está prevista la interpretación de ningún otro himno; por ello, tanto la mera presencia en la pista de la Bandera Catalana, como la interpretación del Himno de Cataluña, están fuera de lugar en esa Ceremonia”.

Más adelante, el punto seis dice textualmente:

“La RFEA espera y desea que este tipo de situaciones no vuelvan a suceder en un evento de nuestro deporte”.

Por su parte, el Circuit de Catalunya ha contestado que el himno catalán, junto al español, está dentro del protocolo desde 1991, cuando se celebró el primer Gran Premio. “Este año no ha habido una circunstancia excepcional”, por lo que sus responsables no tienen "ningún comentario" más que hacer al respecto. Añaden que desde el Circuit “siempre se ha tenido el máximo respeto a los símbolos de España y se ha priorizado la interpretación del himno nacional y la exhibición de la bandera española”.

El origen de la polémica es que la duración del himno español fue de un minuto y dos segundos, mientras que la interpretación del catalán duró un minuto y cincuenta segundos.

Alonso y Sainz se fotografiaron con banderas españolas tras la carrera / F1



Alonso y Sainz se fotografiaron con banderas españolas tras la carrera / F1

La duplicidad de himnos viene siendo habitual en los últimos años en Montmeló, una circunstancia que no tiene lugar en ningún otro Gran Premio del Mundial, ya que el único que suena es el del país anfitrión y no el de una región o autonomía, como es el caso

ASÍ FUE LA HISTORIA

Antes de la carrera, el himno español sonó en primer lugar y fue recibido con pitos por parte del sector independentista que se encontraba en la grada del circuito. La controversia tuvo lugar a continuación, cuando se escucharon los acordes de ‘Els Segadors’. La versión duró más que la del himno español.  

Momento de la interpretación de himnos previa a la carrera / F1



Visiblemente enfadado, Fernando Alonso había soportado silbidos al himno español. Así que cuando sonó ‘Els Segadors’, el asturiano mostró su enfado e incluso amagó con marcharse antes de que terminara. Desde las gradas del Circuit también hubo quienes mostraron su disconformidad y pitaron la larga versión del himno catalán.

Acabada la carrera, los dos pilotos españoles (Carlos Sainz quedó séptimo y Alonso, octavo) sujetaron con una mano sendas banderas españolas mientras realizaban la vuelta de honor dentro de sus coches. Ambos volvieron a presumir de ella, esta vez colgada al cuello, antes y después de atender a los medios de comunicación. Finalmente, juntos se hicieron fotos con ellas desplegadas para celebrarlo con la afición.

MONTMELÓ PIERDE DINERO

Aunque aparentemente no tiene nada que ver, lo cierto es que la polémica no ha ayudado a que el foco se dirija estos días sobre la gestión del Circuit de Catalunya, ya que cerró el pasado ejercicio con unas pérdidas de 7,4 millones de euros, un 30 % inferiores a las de 2016, y unos ingresos de 35,3 millones, un 8 % superiores a los del año anterior.

Las cifras oficiales facilitadas por los responsables del circuito hablan de que la asistencia a la carrera de este año ha sido de 91.896 personas, lo cual demuestra que el objetivo de volver a superar la meta de los 100.000 aficionados, como en otros tiempos, sigue lejos de lograrse. La caída registrada en relación a 2017 ha sido de 3.000 espectadores. Un 55% de los visitantes son extranjeros, procedentes principalmente de países como Reino Unido, Francia, Alemania, Holanda e Italia, que permanecen en Barcelona una media de cuatro días y gastan por persona el doble que la media de los turistas. 

El Circuit de Barcelona-Cataluña acoge otros dos grandes premios, el de MotoGP y el Campeonato del Mundo de Rallycross, generando un impacto económico anual de 340 millones de euros y facilitando 10.000 contratos.

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