Sara Mesa: "La normalidad es un concepto ambiguo"

La historia empieza y acaba en un parque, detrás de un arbusto. Ella se llama Casi, porque tiene “casi” catorce años. Él es Viejo, aunque en realidad no es tan viejo. Alejados de las convenciones sociales, se reúnen con frecuencia en un parque, detrás de un arbusto para charlar. Él, el “viejo”, es el que más habla: de Nina Simone y de pájaros, sus dos grandes obsesiones. La historia se llama Cara de pan (Anagrama, 2018) y la firma Sara Mesa, una escritora de referencia que no ha dejado de sorprendernos.

“A diferencia de otras, esta historia la escribí en un momento de calma”, ha comentado la autora este lunes en rueda de prensa. En el libro habla de los secretos, de las dobles vidas, del contraste que se produce entre la mirada de los otros y lo que en realidad es. “La normalidad es un concepto ambiguo”, ha aclarado sobre la (inususal) relación entre los dos protagonistas.

LA CONSTANTE NECESIDAD DE EXHIBIR(NOS)

“Ambos personajes quieren que los dejen en paz... Y yo me reconozco en ese impulso. A veces te dan ganas de no hacer nada grupal, quizá parezco antisocial”, ha confesado. “Percibo una imposición por compartir, una exhibición pública de todo... y si alguien se guarda algo se entiende como si fuera un problema”, ha añadido.

El nombre de Sara Mesa empezó a resonar desde la editorial Anagrama con su novela Cuatro por cuatro. Más adelante cautivó (todavía más) a la crítica literaria con Cicatriz y se acabó convirtiendo en una gran referencia con la historia Mala letra. La voz de la autora ha sido comparada con la de Franz Kafka, incluso con la de Patricia Highsmith. “Siento que ahora hay una gran expectativa sobre mí", ha bromeado con su peculiar acento andaluz. 

El crítico mexicano Christopher Domínguez Michael habló una vez en Letras Libres de su mirada, tan única. A mí la voz de Mesa me recuerda a un mosquito, a ese mosquito nocturno que te despierta cuando estás a punto de conciliar el sueño. Así es su escritura: cercana, imprevisible, incómoda. Este lunes por la tarde presentará Cara de pan en la Casa del Libro con la escritora Laura Fernández. El libro –ameno, pegadizo, plausible– no tiene desperdicio. Va en serio.