El Barça de básket es una ruina. Un mal negocio. La sección más poderosa del club tiene un déficit anual de 25 millones de euros, una cifra que no compensa sus decepcionantes resultados deportivos desde que en 2014 ganara su última Liga ACB. En los últimos cuatro años, el botín ha sido ínfimo: una Supercopa de España (2015) y la Copa del Rey de 2018.
La junta directiva que preside Josep Maria Bartomeu sigue sin encontrar la tecla para reactivar la sección de baloncesto. De los 26 jugadores fichados en las tres temporadas anteriores, solo siguen seis (Pau Ribas, Víctor Claver, Adam Hanga, Thomas Heurtel, Pierre Oriola y Kevin Seraphin). La salida de Xavi Pascual (una Euroliga, 4 Ligas ACB y 3 Copas del Rey) no fue el punto de inflexión que buscaba la sección en 2016. Al contrario. Desde entonces, el primer equipo ha tenido tres entrenadores (Georgios Bartzokas, Sito Alonso y Svetislav Pesic) y en el club se trabaja a corto plazo. En los despachos, Nacho Rodríguez sustituyó a Rodrigo de la Fuente como director de gestión, pero cuesta visualizar un cambio real.
Los problemas endémicos persisten y en la directiva del Barça hay muchas discrepancias sobre el futuro de las secciones. Aumentan las voces que abogan por reducir su carga económica. Este sector esgrime que la asistencia al Palau ha caído (4.000 espectadores de media en la Liga ACB) y los éxitos (mínimos) no compensan tanta inversión.
TERCER PRESUPUESTO EN EUROPA
Esta temporada (la primera sin Juan Carlos Navarro como jugador emblemático), el Barça de baloncesto tiene un presupuesto superior a los 30 millones de euros, sólo superado en Europa por los 44 millones del Real Madrid y los 37 del CSKA. Unos números que no se corresponden con su clasificación en la Euroliga (la pasada temporada fue el 13ª de 16 equipos). En el curso actual ya ha perdido los dos partidos disputados, el segundo en la pista del Gran Canaria.
El club apenas ingresa seis millones de euros por publicidad, derechos de televisión y ticketing. Lassa, el patrocinador principal, aporta cinco millones de euros (entre todas las secciones) y no renovará su compromiso en verano de 2019. El Barça aspira, como mínimo, a duplicar dicha partida. Actualmente, sólo es fútbol femenino es rentable porque su patrocinador, Stanley, cubre todos los gastos al aportar 3,5 millones de euros anuales.