La banalidad de la era 'millennial' comprimida en una obra de teatro
'Hàbitat (Doble penetració)' llega al Teatre Tantarantana tomando el pulso al público
19 octubre, 2018 18:14Lugar: Teatre Tantarantana
Duración: Del 17 a 28 de octubre
Precio: Entre 11 y 21 euros
A través de un panel transparente, uno ve lo que somos: seres enganchados a las nuevas tecnologías, dependientes de las redes sociales, con necesidad de compartir banalidades que no interesan a nadie. Una noche da mucho de sí. Un youtuber se hace famoso por subir sus vídeos, y luego anuncia un suicidio en directo. Una chica toma MDMA y se caga encima. Otra intenta escribir, pero no puede concentrarse. La tristeza y el drama están siempre ahí: en directo y en las redes.
“Tus vídeos se han viralizado porque haces cosas banales”, salta uno. “La gente hace yoga para decir que hace yoga”, espeta otro. La joven compañía H.I.I.I.T llega al Teatre Tantarantana con Hàbitat (Doble penetració), una obra de millennials dirigida por Roger Torns, que se ha llevado la Beca Despertalab 2018.
POSTUREO, BANALIDAD, SOLEDAD
En ella salen a relucir conceptos de nuestros tiempos como el postureo, la banalidad, la soledad y la constante exposición. “Soy una mierda”, lamenta (llorando) una de las jóvenes mientras otro de os actores comparte el vídeo en directo a través de las redes sociales.
Nada más empezar el espectáculo –con un rap modernillo con toques electrónicos– piden a los asistentes que no se corten, que saquen el móvil y graben: “¡Compartid en las redes sociales!”, animan mientras anuncian sus cuentas en Instagram. La pieza –patrocinada por Adidas y enmarcada en el festival Ciutat Oberta Biennal del Pensament– es atípica.
Poco a poco, la tensión va in crescendo. “Si no me hicieran caso moriría de pena”, grita una con el móvil en la mano. Y, al final, sucede la “doble penetración”: la necesidad de carne. Ahí lo dejo. “Necesito saber qué está pasando, como en las stories de Instagram”, sorprende una de ellas al público que estalla en carcajadas porque sabe a qué se refiere. Con toques de humor ácido culmina esta pieza teatral que no se anda con rodeos.