Novatadas y bromas pesadas de Piqué en el Barça
La irrupción del defensa en el club se dejó sentir en el campo y en actividades más profanas
20 noviembre, 2018 11:31Noticias relacionadas
Hace pocos días, durante la concentración del equipo en Milán para jugar ante el Inter, Gerard Piqué colgó un ‘Stories’ en Instagram en el que se le veía gastando una inocentada al pobre Philippe Coutinho durante la cena en el hotel. El central había colocado un pequeño aparato eléctrico en la silla que al sentarse el jugador le dio una pequeña descarga que hizo que se levantara como un resorte ante la algarabía general.
Piqué es de hecho el auténtico maestro de ceremonias de este tipo de bromas. El canterano aprendió todas sus artes en su etapa en el fútbol inglés donde las bromas pesadas están al orden del día. Gerard siempre explica la novatada que le gastaron los veteranos en su primer día en el Manchester United cuando apenas tenía 17 años. El jugador llegó al entrenamiento con una camiseta blanca ‘fashion’ ya que no quería perder comba en el 'glamour'con el resto sus compañeros el primer día. Pues bien, nada más empezar el entrenamiento se encontró con que su camiseta la llevaba puesta uno de los muñecos que se utilizan para lanzar faltas con la mala suerte de que esa noche había llovido por lo que el campo estaba embarrado. Ni que decir tiene que los balonazos que recibió el muñeco en cuestión dejaron la camiseta para el arrastre.
LAS BOTAS DE EVRA
El problema es que Piqué rápidamente cogió el ‘tranquillo’ en esto de las bromas y era el primero en subirse al carro. El francés Patrice Evra aún recuerda amargamente el día que la casa que le patrocinaba le envió unas botas especiales y exclusivas con el nombre de sus hijos serigrafiados para que las estrenara al siguiente partido. Piqué tuvo la ingeniosa idea de arrebatárselas antes del entrenamiento y tirarlas a la basura para luego encender una cerilla y quemarlas. El cabreo de Evra fue monumental y Piqué aprendió que hay bromas y bromas, y que todo tiene un límite.
De ahí que cuando llegó a Barcelona, el Piqué bromista había bajado uno o dos escalones. Si bien, su historial en el vestuario blaugrana no tiene desperdicio. Como el día que harto del ruido del ciclomotor del utillero decidió tirar el vehículo al container para posteriormente prenderle fuego -como vemos por sus actos es un pirómano en potencia-, aunque en honor a la verdad al día siguiente el central le había comprado una moto nueva con un silenciador en el tubo de escape. O cuando cogió la llave del coche de un jugador y la tiró a la taza del váter para posteriormente tirar la cadena ante la estupefacción del resto de compañeros. Aquel día Piqué llevó al compañero a su domicilio en su vehículo como compensación.
Aunque a veces las bromas a Piqué se le fueron de las manos como cuando en una gira de pretemporada decidió lanzar bombas fétidas a la zona trasera del avión donde estaba la prensa ante el malestar evidente de las azafatas que recriminaron su acción y llegaron a quejarse al comandante.
IMITANDO A JOAQUÍN
También fue quien instauró las normas básicas de las novatadas en ‘Can Barça’. La regla general es aprovechar una cena durante la gira de pretemporada para dar rienda suelta a este tipo de acciones. La mayoría se resuelven básicamente haciendo subir a la víctima de turno a la silla para que cante algo. Así lo hicieron Umtiti, Lenglet o Dembélé cantando el himno de Francia, la célebre ‘La Marsellesa’. A Semedo, por ejemplo, le tocó airearse entonando un ‘fado’, una canción tradicional portugués con toques melancólicos. A otros se opta directamente por otras actividades como a Aleix Vidal que le instaron a que contara chiste de chinos con la excusa que su paso por el Sevilla seguramente le había servido para tener desparpajo, al más puro estilo Joaquín, o a Arda Turan, que viendo sus conocimientos tan limitados del castellano, le obligaron a hablar en este idioma durante un minuto seguido.
Pero antes de la llegada de Piqué, también se gastaban bromas pesadas en el vestuario. De hecho se aprovechaba la actividad del ‘amigo invisible’ para sacar toda la creatividad y mala leche de los compañeros. El entrenador Frank Rijkaard fue quien potenció y animó esta actividad que tanto éxito había tenido en su época del Milan de Sacchi.
CAMISETA DE ESPAÑA PARA OLEGUER
Por ejemplo a Oleguer Presas, reconocido independista que llegó a negarse a jugar con España, le regalaron una camiseta de la selección con su número y nombre además de una biografía de Franco escrita por Luis Suárez, hombre pro régimen. A Rafa Márquez le entregaron un año el último CD de Alejandro Sanz, ex marido de la que era su pareja, la modelo mexicana Jaydy Michell. A Víctor Valdés, unos guantes firmados por Van Gaal, técnico con el que había protagonizado una agria polémica negándose a bajar al filial. A Lilian Thuram le regalaron una caña de pescar, en el sentido de que ya tenía una actividad nueva para ir practicando cuando se retirara al ser el más viejo de la plantilla. A Xavi Hernández, un ‘bonsai’ por ser el más bajito de la plantilla.
Pero evidentemente para la memoria de todos queda grabada la famosa oveja negra que le regalaron al brasileño Edmílson y que entre Carles Puyol y el delegado Carles Naval soltaron en el vestuario ante la sorpresa de todos. Y es que unos días antes el internacional había denunciado públicamente la presencia en el vestuario de una “oveja negra” sin decir el nombre que ponía palos a las ruedas y que no permitía al equipo conseguir sus objetivos. El equipo le devolvió la pelota con este regalo tan original, que por cierto Edmílson no aceptó, ya que no se la llevó ni tan siquiera a casa, teniendo Puyol que cogerla y meterla de nuevo a la jaula.
En todo caso, Pep Guardiola se encargó de cerrar el grifo al ‘amigo invisible’ asegurando que se trataba de una actividad que daba mala suerte, por lo que desde entonces se ha olvidado en el baúl de los recuerdos.
Afortunadamente, en todo caso, porque uno no puede ni tan siquiera imaginarse qué pasaría si se rescatara el ‘amigo invisible’ con Piqué como maestro de ceremonias…