Ousmane Dembélé está a punto de hacer el regate más importante, hasta ahora, de su carrera. El delantero francés había sido sentenciado por el Barça a pagar una importante multa económica -algunos la cifraban en 100.000 euros mientras que otros la elevaban a los 200.000 euros- por sus repetidos actos de indisciplina por culpa de sus recurrentes retrasos a la hora de llegar a los entrenamientos. Lo que al principio se gestionó en la entidad como una anécdota sin importancia fue creciendo hasta tal magnitud que se llegó a plantear abiertamente la posibilidad de traspasar al jugador internacional al final de la temporada.
Sin embargo, Dembélé ha cortado de raíz cualquier atisbo de traspaso o de amenaza de castigo ejemplar. Y lo ha hecho de la mejor forma posible: ganándose el cariño de la afición y el respeto de sus compañeros gracias a su excelente rendimiento en el campo.
REUNIÓN CON SEGURA Y ABIDAL
Tanto es así que la anunciada reunión entre los responsables del área deportiva encabeza por Pep Segura y Éric Abidal con el jugador se acabó desconvocando. Y es que resultaría un poco contradictorio dar un tirón de orejas a un jugador que está respondiendo de esta forma en el equipo, con actuaciones decisivas en los últimos encuentros.
De hecho, en el entorno de Dembélé se asegura que nadie se ha puesto en contacto con ellos para comunicarles la ejecución de un expediente disciplinario con la consecuente sanción económica. Sí que admiten una primera reunión hace un mes y medio para intentar ayudar al jugador a reconducir la situación, pero sin amenazas de por medio. “Fue una cita constructiva y el tono fue pedagógico”, resume una de las personas que estaba presente en la cumbre.
EL PAPEL DE VALVERDE
El primero que ha querido minimizar esta serie de actos de indisciplina ha sido Ernesto Valverde, quien siempre que le han preguntado por este asunto se ha remitido a que son “cuestiones de orden interno que se resuelven en el seno del vestuario”.
De ahí que los compañeros de Ousmane fueran los primeros en llamarle al orden, sobre todo a nivel de declaraciones públicas donde le pedían, hablando en plata, un poco más de profesionalidad. Jugadores del peso de Gerard Piqué, Luis Suárez o Sergio Busquets no se amilanaron a la hora de enviar un claro mensaje al francés.
En cualquier caso, en el vestuario ven a Dembélé como un “niño” que todavía “ha de madurar”, por lo que no consideran que las broncas sean el mejor método para encauzarlo. De ahí que desmientan rotundamente que los capitanes le cogieran por banda para abroncarlo como se ha publicado en algunos medios. Al revés, se está intentando reconducir la situación recurriendo más a las bromas y las ironías hacia su actitud que a las broncas propiamente dichas.
HA APRENDIDO LA LECCIÓN
Así pues, tal como están las cosas, parece que Dembélé podría ver en los próximos días como el club le levanta la sanción económica, ya que los técnicos consideran que el delantero ha aprendido la lección y ha sabido responder de la mejor forma posible: con goles importantes y siendo protagonista en el juego.
Eso sí, en el Barcelona consideran que necesitan buscar una persona de confianza para que guíe al jugador y evitar próximos incidentes. Una persona como Álvaro Costa, hijo de Pepe Costa (persona de máxima confianza de Leo Messi), que se convirtió en la sombra de Neymar durante su etapa en el Barcelona.