El Primavera Sound es el gran gigante musical de Barcelona que devora a festivales alternativos y salas pequeñas con sus coacciones a la competencia. “O estás conmigo o estás en contra” es una de las máximas de Gabi Ruiz, fundador y director de un festival que, como informó Metrópoli Abierta, repartió unos dividendos de 900.000 euros en dos años a sus accionistas y que recibió 392.876 euros de la Generalitat y 277.000 de Ada Colau. Ante las revelaciones de este medio, el sector cultural opta por el silencio frente a los manejos del Primavera Sound.

“El mundo de la cultura vive de las subvenciones y aunque todos sabemos que el Primavera Sound asfixia muchas iniciativas con métodos coactivos, nadie se atreve a decir nada”, explica una fuente del sector que prefiere mantenerse en el anonimato. El motivo: su empresa es uno de los Partners del festival barcelonés, que en 2019 acogerá a unas 225.000 personas. Este medio ha consultado a varios trabajadores de la cultura y la mayoría de ellos han manifestado su pavor a ser reconocidos por las graves consecuencias. En otras palabras: por el miedo a perder sus trabajos.

UNAS SUBVENCIONES INNECESARIAS

“Es cierto que las subvenciones no son tan necesarias porque se bastan ellos solos a día de hoy. Sin embargo, hay que tener en cuenta lo que el Primavera Sound genera para la ciudad a nivel de estatus turístico y cultural. En este sentido, se las puede merecer aunque, insisto, no les hace falta, y más con estos sueldazos”, cuenta un periodista cultural sobre el festival barcelonés al que ha asistido en varias ocasiones.

Las precarias condiciones laborales del Primavera Sound también son conocidas en el sector musical. La sociedad que gestiona el espectáculo tiene 39 empleados fijos y se nutre de muchos colaboradores, “la mayoría, reclutados en las universidades de Barcelona”, según explica un joven que ha trabajado en el festival. “Es una vergüenza. Las jornadas son maratonianas y se pagan menos de tres euros la hora. Se cometen muchos abusos y se engaña a los jóvenes con futuros descuentos en próximas ediciones. Es decir, en la compra de los abonos del propio festival”.

UN FESTIVAL QUE NO ACEPTA LAS CRÍTICAS

Además, bien es sabido que el Primavera Sound nunca ha aceptado las críticas. En mayo de 2012, el festival retiró, provisionalmente, la acreditación a Jordi Bianciotto, periodista de El Periódico de Catalunya, por criticar la ausencia de artistas catalanes en los horarios estrella.

Una festivalera con la pulsera luminosa en el Primavera Sound | P.B.



En los años 90, Ruiz acusaba a los periodistas de “parásitos” que vivían a costa de sus conciertos. En abril de 1996, expulsó de un concierto de Palace y Smog a Santi Carrillo y Juan Cervera, directores de Rockdelux, revista especializada en música. Curiosamente, hoy la reputada publicación se ha convertido en un altavoz del festival y en una de los que apoya al Primavera Sound. Otros de los medios colaboradores son iCat, Time Out, Loud and Quiet e Indiespot. Entre otras empresas Partners, destacan Coca Cola, Idealista, Adidas, Lotus y Beefeter. Y sus tres favoritas: Heineken, Seat y Pull & Bear.

MEDIOS VETADOS POR DISCREPANCIAS

Xavi Sancho, especialista en música de El País, también sufrió las iras de Ruiz en su momento. Otro periodista, Nando Cruz, fue vetado por el Primavera Sound después de publicar en El Confidencial una saga de tres artículos sobre el festival, titulados: Primavera Sound, el cortijo del indie. En un comunicado, la organización le acusó de violar el Código Deontológico del periodismo en su reportaje.

En los últimos tiempos, viendo las represalias del festival que veta la entrada a medios críticos, la prensa ha optado por resaltar los aspectos positivos del festival y obviar aquello con lo que no coincide. Por si acaso. “Ahora que ha creado la radio del Primavera Sound y ha fichado a toda la prensa musical del país está seguro de que nadie le toserá, y cuando le sale un rebelde se lo toma fatal”, comenta otra fuente del sector.

Como explicó este medio, la casa barcelonesa Primavera Sound es la impulsora de esta manifestación musical desde hace casi veinte años. Hasta 2018 tenía cuatro socios: la sociedad Murmurtown Producciones (que pertenece a Gabi Ruiz y Sonia Saura Quesada), Pablo Nicolás Soler SolerJosé Alberto Guijarro Rey y Alfonso Lanza García, titulares respectivos del 35%, 35%, 20% y 10%.

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