Proponen instalar cabinas sexuales en un aeropuerto alemán

La prostitución es una de las cuestiones que afectan en la mayoría de sociedades del mundo. Algunas metrópolis han logrado normalizar esta práctica e incluso le han sacado partido, como Ámsterdam, que en los últimos meses ha tenido que prohibir las visitas guiadas al Barrio Rojo debido a las molestias que causaban los turistas a las prostitutas en los escaparates. Pero la mayoría de las ciudades siguen sin poder controlar las mafias y las irregularidades que sufren las trabajadoras sexuales, como Barcelona, que lidia con una incontrolable red de prostitución que afecta al vecindario día a sí y día también. 

Berlín es una de las ciudades más cosmopolitas de Europa. Aunque la personalidad alemana suela caracterizarse por el rigor, la puntualidad y la seriedad, su capital es reconocida por sus hipnóticas fiestas y la presencia de prostitución en sus calles. El distrito berlinés de Mitte es uno de los que dan más cabida a la práctica sexual remunerada, por eso el alcalde del céntrico territorio, Stephan von Dassel, ha querido proponer unas medidas totalmente innovadoras para mejorar la seguridad de las trabajadoras sexuales de la ciudad. 

CABINAS EN UN LUGAR 'ABANDONADO'

El político, que representa al Partido Verde, ha lanzado la propuesta de instalar Verichtungsboxen (cabinas donde las prostitutas puedan encontrarse con clientes) en un lugar histórico del distrito. El emplazamiento que ha escogido el representante es el antiguo aeropuerto berlinés de Tempelhof, un campo de aviación nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Este enorme y grisáceo lugar también fue el puente aéreo de Berlín durante la Guerra Fría, y más recientemente un refugio de emergencia para los refugiados que huyen de Siria. En 2008, fue retirado del servicio y transformado en un parque gigantesco en el cual a día de hoy los berlineses practican deporte y patinan en las antiguas pistas a todas horas. 

Aeropuerto abandonado de Tempelhof 

El alcalde de Mitte propone que las prostitutas puedan acceder a encontrarse con clientes en el aeropuerto. Las cabinas destinadas a estos encuentros tendrían un sistema de drive-through (servicio al auto), donde los clientes podrían conocer a las trabajadoras sexuales sin bajarse de sus vehículos, y estas podrían realizar su trabajo de una forma más segura e higiénica que en la calle.