Situada en el distrito de Ciutat Vella, entre la calle Fusteria y la Plaza del Duque de Medinaceli, la calle Ample se erige como una de las vías de comunicación más notables de la Barcelona medieval y moderna. Sus orígenes se remontan a mediados del siglo XIII con la urbanización del nuevo barrio de la Merced, destacando desde ese momento por una amplitud que la coronó como la calle principal de la Ciudad Condal.

Una mujer camina hacia la calle Ample con la Basílica de la Merced al fondo / PABLO MIRANZO



Dio buena muestra de su relevancia el hecho de que, desde tiempos bien tempranos, fuese el lugar escogido por la aristocracia catalana para construir sus casas nobiliarias. Entre esos palacios sobresalían el Palacio del Duque de Sessa y Soma, residencia del Virrey de Cataluña. Cerca se hallaba el Palacio de Gualbes, adosado a la muralla romana de la antigua Barcino y en cuyo solar se han hallado recientemente restos de las puertas romanas de la ciudad y parte de las termas portuarias. Otra señalada casa nobiliaria fue el Palacio Mornau, donde se reunieron insurrectos contra la ocupación napoleónica y hoy día acoge un museo dedicado a la cultura del cannabis.

Tienda de la calle Ample dedicada al cannabis ubicada en el Palacio de Mornau / PABLO MIRANZO



En la casa que el obispo d’Urgell poseía en la calle Ample, los Reyes Católicos se alojaron en 1492. Un episodio clave para la historia de Cataluña sucedió en esta calle. En junio de 1640, un grupo de segadores intentó saquear el palacio del virrey Santa Coloma después de un altercado entre uno de ellos y un alguacil que lo hirió gravemente. Además de estancia de monarcas, espacio de residencia de la aristocracia y sitio de revueltas, la calle Ample fue famoso por ser escenario de carreras de caballos, justas y desfiles varios.

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