El cartílago es un tejido muy importante, que proporciona protección y dinamismo a las articulaciones. Recubre los extremos de los huesos dentro de estas y tiene gran capacidad para soportar, distribuir y transmitir fuerzas de compresión a las que se someten las articulaciones en el día a día o durante la práctica deportiva.
Este cartílago articular, gracias a su estructura y lubricación, reduce la fricción y roce entre las superficies de los huesos. Sin embargo tiene un gran problema si se lesiona: su escasa o nula capacidad de reparación. Y esto puede desembocar en una artrosis con disminución de la función articular.
JÓVENES CON LESIONES GRAVES
Dado que el problema principal del cartílago es que no se regenera, ni siquiera con las nuevas y sofisticadas técnicas biológicas actuales (células madre, plasma rico en plaquetas), en los casos más graves se recurre al trasplante de cartílago, que tiene el objetivo de que el material implantado funcione del mismo modo que el cartílago articular que sustituye, dando de esta manera una nueva oportunidad a la articulación dañada.
El doctor Pablo Gelber es especialista en cirugía ortopédica y traumatología de la Unidad de Rodilla del Departamento de Traumatología y Cirugía Ortopédica (ICATME) del Hospital Universitari Dexeus, y ha sido un pionero en Cataluña y referente europeo en la realización de trasplante de cartílago fresco. Es un referente internacional en cirugías complejas de rodilla, que explica que esta técnica de reconstrucción de la articulación está indicada en pacientes jóvenes con lesiones graves y amplias de cartílago en que es la mejor alternativa para evitar la colocación de una prótesis de rodilla: "Una opción desaconsejable en pacientes menores de 50 años", añade el doctor.
TÉCNICAS DE REGENERACIÓN
El cirujano explica que ya se han desarrollado innumerables técnicas para fomentar la regeneración del cartílago que de momento no han conseguido este cometido al 100%. “Lo cierto es que actualmente, la única manera de verdaderamente recuperar el cartílago y su funcionalidad en caso de lesiones de gran tamaño en pacientes jóvenes es trasplantándolo de un donante también joven” explica Gelber.
Cuando se trata de pequeñas lesiones se pueden realizar técnicas menos invasivas e incluso su realización por artroscopia. También es posible el autoinjerto con cartílago del propio paciente.
PRÓTESIS
Pero en las lesiones graves y extensas es conveniente reemplazar lo dañado por un injerto de las mismas características. En general, los pacientes a los que se indica esta técnica presentan lesiones osteocondrales profundas (del cartílago y del hueso subcondral).
Muchos de ellos además ya han pasado por una o más cirugías previas de cartílago que han fracasado. Si estos pacientes tuvieran más de 50 o 55 años la alternativa sería una prótesis parcial o total, pero al ser más jóvenes son también más activos y el objetivo debe ser mejorar la funcionalidad y demorar la eventual colocación de una prótesis entre 15 y 35 años.
CONSERVACIÓN MÁXIMA DE TRES SEMANAS
Habitualmente los injertos que se utilizan en cirugía ortopédica son almacenados en el banco de tejidos mediante una congelación a -80ºC, y es posible mantenerlos durante años hasta que se necesita para alguna intervención. Es un método logísticamente fácil y económico. “Sin embargo, el cartílago articular no sobrevive al frío o la deshidratación y por tanto no se pueden utilizar estas técnicas universales de conservación como la congelación (-80ºc), la criopreservación (-180ºC) o la liofilización (congelación y deshidratación).
Así, según Gelber, la única forma de trasplantar un cartílago sano es a través de lo que se denominan métodos frescos. "El cartílago se conserva a 4ºC en una estrictas condiciones de esterilización y protegido en un medio de cultivo con antibióticos durante un máximo de tres semanas desde el momento de la obtención”, afirma el especialista.
Gelber añade que no existe un orden estricto de lista de espera para esta intervención ya que hay muchos otros factores que determinan el ajuste del injerto como la edad del donante y del paciente, la forma del cartílago, lesiones acompañantes… "Una vez tenemos el donante, seleccionamos en la base de datos el que mejor se adapta y en un máximo de dos semanas entramos a quirófano”.
REFERENTE INTERNACIONAL
Estas dificultades logísticas y la complejidad quirúrgica del trasplante osteocondral hacen que pocos cirujanos en Europa se hayan especializado en esta técnica que en Estados Unidos es habitual.
El doctor Pablo Gelber es uno de los pocos cirujanos europeos que la realiza en la sanidad privada y sin duda el de mayor experiencia al respecto, y se ha convertido en una referencia tanto a nivel nacional como internacional.
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