La masía de Can Travi Nou se levanta sobre el camino de Sant Cebrià (actualmente, calle Jorge Manrique). Sus primeros propietarios precedían de otra masía con el mismo nombre y que actualmente es la sede de los Mossos d’Esquadra en Horta. Estos primeros propietarios pertenecían a una familia noble originaria de la Cerdaña.
Can Travi Nou se construyó a principios del siglo XVIII y, según la documentación, originariamente constaba de una planta baja, donde se encontraba la bodega y las aperos del campo, y un solo piso de altura, que servía de almacén de los productos agrícolas, pues el terreno estaba destinado al cultivo de la viña. Aunque eso fue antes de que se descubriera que bajo el subsuelo de esta finca se encontraba una fuente de gran riqueza, oro líquido transparente: agua. El descubrimiento llevó posteriormente a la construcción de la popular mina de Can Travi, que suministraba agua potable a los hortenses.
MASOVERO EN CAN TRAVI VELL
La finca fue propiedad de la familia Samsó, terratenientes de Horta. Pero, al principio del siglo XIX, la propiedad pasó a manos de Joaquim Simó, que ejercía de masovero en Can Travi Vell, de ahí que esta última tomara el nombre de Can Travi Nou. Tras años dedicados al cultivo de la tierra y el ganado, los Simó transformaron la antigua masía en una masía torre señorial, en los años 20 del siglo XX. Para ello, mantuvieron la estructura de la masía tradicional y aprovecharon sus vigas para sostener el tejado de la nueva edificación y levantar un segundo piso con mucha sensibilidad para no distorsionar el conjunto arquitectónico.
Y... de la tierra a la mesa, porque en la década de 1980, Josep Soler i Cuixart y Maria Teresa Ribatellada i Simó (descendiente de aquel primer Simó) convirtieron esta vieja masía en el restaurante de cocina catalana que es actualmente. Tradición culinaria en un entorno que conserva la esencia de sus orígenes agrícolas.
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