El edificio histórico del Ayuntamiento de Barcelona luce desde este sábado unas pinturas góticas originales del siglo XIV que muestran el escudo pintado más antiguo de la ciudad encontrado hasta ahora. El consistorio vuelve a lucir las pinturas tras la restauración del primero de los techos donde se encontraron decoraciones de entre 1371 y 1567 vinculadas a la construcción del Saló dels Cent Jurats, el actual Saló de Cent.
Un pequeño escudo de Barcelona restaurado en el techo del edificio histórico / AJ BCN
En el marco de las tareas de restauración habituales de los techos del consistorio que se hicieron en 2017, se descubrieron pinturas en 12 techos o artesonados diferentes entre la planta baja y la planta noble, y se decidió encargar un estudio para comprobar el estado de conservación y hacer una propuesta de intervención para restaurarlos.
EL PRIMER ESCUDO
Así, en junio, un equipo de restauradores empezó a trabajar para recuperar completamente la pintura original de 14 metros cuadrados del techo de madera del patio de la sede de la plaza Sant Jaume, que muestra el primer escudo pintado de Barcelona que se conoce.
Este ámbito ya restaurado se relaciona con la construcción y decoración del Saló dels Cents Jurats (el Saló de Cent) entre 1369 y 1373, que a partir del año 1401 se convirtió en la capilla del Trentenari --también conocida como la capilla del Bon Govern--, y esta función de culto la protegió de las modificaciones estructurales realizadas más tarde.
Las pinturas recuperadas muestran un escudo real propio de la corona de Aragón, que a su vez es también la señal de la Casa de Barcelona, y otro que se podría considerar el primer escudo pintado conocido de la ciudad, con el rombo dividido en cuatro cuarteros donde aparece la cruz de Sant Jordi combinado con los palos rojos del escudo real.
MÁS ÁMBITOS A RESTAURAR
Actualmente se está trabajando en otro ámbito en el patio, que terminará en mayo y que forma parte de las dependencias del antiguo órgano del gobierno municipal conocido como Trentenario. Este fue decorado probablemente entre 1401 y 1403, coincidiendo con la construcción de la Capella del Bon Govern, en la planta baja del actual Ayuntamiento.
El historiador Reinald González ha explicado que esta decoración medieval se recubrió a mediados del siglo XVI con una nueva decoración renacentista basada en iconografías figurativas humanas, animales y florales, que se pueden asociar a fábulas y ficciones clásicas.
El techo se mantuvo prácticamente intacto hasta el derribo de una buena parte del antiguo edificio medieval, a consecuencia de la construcción de la nueva fachada en la plaza de Sant Jaume y de las obras de modificación y reconstrucción del gran patio central, entre 1831 y 1847.
Hasta el momento, el Ayuntamiento ha destinado 2,4 millones a todo el proceso y prevé continuar trabajando en la recuperación de todos los artesonados que se han analizado y documentado. A finales de año se ultimará otro en la planta noble y está previsto iniciar próximamente una primera intervención en el Saló de Cent, ha apuntado la arquitecta del departamento de Patrimonio, Anna Ribas.