En el barrio Gòtic se esconde la plaza de Sant Felip Neri, uno de los espacios de mayor carga romántica del casco antiguo de la capital catalana. Se trata de una pequeña plaza circular con una fuente octagonal de estilo barroco que con su sonido rompe el silencio o el bullicio. Para llegar a ella hace falta adentrarse en el carrer de Sant Sever, para luego tomar el de Sant Felip Neri que va a parar a la misma plaza.
El origen de su nombre procede de la iglesia de estilo barroco que fue construida sobre un antiguo cementerio medieval de la ciudad a mediados del siglo XVIII, la cual está bajo la dirección espiritual de la congregación fundada por el santo florentino.
A la izquierda de la plaza, situándonos en el norte, se encontraba la prisión de los Renegados, y justo en el centro, el foso de los condenados en el que se enterraba a los ejecutados que pasaban por la horca. En el margen izquierdo de la Iglesia se ubicaba, hasta su cierre en 2015, el Museo del Calzado en la que fue sede de los antiguos gremios de los zapateros y caldereros. Durante la Guerra Civil la plaza fue bombardeada por la aviación italiana que dejó 42 muertos (20 de ellos niños refugiados en la Iglesia) en la que todavía se pueden comprobar los efectos de las bombas en su fachada principal; la reconstrucción de la plaza ejecutada por Adolfo Florensa en los años cincuenta respetó las marcas dejadas en el frontispicio del templo.
En una vertiente menos dramática, ha sido escenario de películas como El perfume, Vicky Cristina Barcelona o videoclips de grupos como Evarescence.