El puente sobre el desaparecido Torrent del Carmel
El paso elevado sobre el que transcurre la calle Marqués de la Foronda es un vestigio de una época en que torrentes y rieras corrían por Horta
9 julio, 2021 00:00Noticias relacionadas
Calles empinadas que suben y bajan, que se enredan entre sí siguiendo el relieve abrupto de los barrios del Carmel y Horta. Y, de repente, un puente de piedra, un paso elevado sobre el que transcurre la calle Marqués de la Foronda sobre la calle Torrent del Carmel. El vestigio de un pasado en que Barcelona tenía una rica red hidrográfica, compuesta por centenares de torrentes, rieras y riachuelos, muchos de ellos concentrados en esta zona; una prueba clara de que el origen del nombre de esta calle fue un torrente que obligó a levantar un viaducto.
Sí, esta fue sin duda una zona de agua. Hubo un tiempo (no tan lejano) en que el torrente del Carmel y del Paradís iban a parar al de la Carabassa, apenas dos calles más allá, que discurría por las tierras de la masía a la que debía su nombre, convirtiéndolas en una finca agrícola fértil.
La masía de Can Carabassa data del siglo XVII y contaba con una gran extensión de terreno dedicada al cultivo de la vid. A principios del siglo XVIII, según la documentación, la casa pertenecía a Llúcia Melgar e Ignacio Carabassa. En 1909, Carles Marés i Robert, un rico indiano, la compró y la convirtió en un magnifico palacete de estilo neoclásico, al gusto la burguesía de la época.
LOS HERMANOS DE LA SAGRADA FAMÍLIA
Los hijos de Carles Marés residieron en la casa hasta 1954. Entonces, la finca pasó a manos de la orden religiosa de los hermanos de la Sagrada Família, que instaló un colegio. Con los años, el centro escolar fue creciendo al mismo ritmo que desaparecían los jardines y las tierras cultivadas de la finca. Actualmente, solo los alumnos pueden ver el palacete neoclásico de Marés, pues queda dentro de la propiedad del colegio.
De los torrentes, rieras y riachuelos que surcaban esta zona de Horta-Guinardó no queda ni rastro. Bueno… el Torrent de la Carabassa se empeñó en desafiar al tiempo y, aunque seco, conservó un tramo, hasta hace relativamente poco en Peris Mencheta, tocando al paseo de Maragall, antigua riera de Horta. También queda el recuerdo del agua en el nombre y el trazado de algunas de las calles. Ah, sí, por supuesto, también queda el puente de la calle del Torrent del Carmel, el inicio del hilo con el que se ha tejido este post.
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