La otra casa Batlló
Nació en 1878 como una sola fábrica textil y, en poco tiempo, se convirtió en una enorme colonia fabril
15 enero, 2022 00:00Noticias relacionadas
Se inauguró en 1878 e inicialmente fue la Fábrica de Hilados y Tejidos de algodón, blanqueo, estampados y aprestos que Juan Batlló creó tras separarse de su hermano Josep, con quien compartía otra fábrica textil en la calle de Urgell. El proyecto inicial, del ingeniero Juan Antonio Molinero, estaba constituido por un solo edificio alargado de ladrillo visto y envigado de madera sobre pilares de fundición. Un ejemplo típico de la arquitectura industrial del siglo XIX, dotado de chimenea para la salida de vapor.
Corrían buenos tiempos para el textil y, a medida que la producción aumentó, se fueron añadiendo otras naves, una torre da agua y también nueva chimenea, que dieron lugar a una colonia fabril en la que no faltaba ni el economato ni la iglesia. Popularmente era conocida como Can Batlló.
CASI UN MILLAR DE TRABAJADORES
No confundir con la Casa Batlló, residencia particular del otro hermano, Josep. La Casa Batlló es un ejemplo de modernismo gaudiniano y Can Batlló lo es de la arquitectura industrial de la época. El complejo fabril llegó a tener hasta 950 trabajadores que se instalaron en torno a la carretera de la Bordeta, cuyo desarrollo urbanístico dio lugar al barrio del mismo nombre.
Tras la muerte de Juan Batlló, en 1892, sus sobrinos mantuvieron el negocio hasta que, en 1943, lo traspasaron al empresario Julio Muñoz Ramonet. Pero, en los años 60 del siglo pasado la fábrica quebró debido a la crisis del sector textil y su propietario la convirtió en un polígono industrial compartimentando las naves en 700 espacios, que se alquilaron como talleres y almacenes.
GRAN PARQUE VEGETAL
En el Plan General Metropolitano de 1976 los terrenos de Can Batlló fueron recalificados y destinados a equipamientos y zona verde. El 11 de junio de 2011, un grupo de vecinos accedieron al recinto y ocuparon una de las naves para transformarla en un espacio comunitario autogestionado. En los últimos 10 años han construido de forma autogestionada una biblioteca, viviendas, una imprenta y hasta dos bares. Y el pasado octubre arrancaron las obras para convertir el recinto industrial de Can Batlló en un gran parque que contará con 26.000 metros cuadrados de vegetación, áreas de recreo, zonas para perros y un espacio para huertos urbanos.
Dentro del recinto, en el edificio del bloque siete, se encuentra actualmente la nueva Escuela de Medios Audiovisuales, obra del arquitecto municipal Josep Mª Julià, que ha conservado elementos originarios como la torre de aguas o la chimenea.
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