Las baldosas hidráulicas modernistas son uno de los grandes tesoros de Barcelona. Con el paso del tiempo, muchas de ellas han sido destruidas y otras están condenadas a hacerlo, pero todavía se conservan piezas históricas y de gran valor para la ciudad. 

Con estos mimbres, Joel Cánovas, un apasionado de las baldosas, decidió presentarle un proyecto a un amigo, Enric Rebordosa, y ambos se lanzaron a la aventura para crear algo inédito en el país: un espacio 360º dedicado a los pavimentos hidráulicos. 

"Será mucho más que un museo", explica Cánovas, a Metrópoli. "Habrá un bar, una tienda, zonas de exposición y salas para hacer talleres con las propias piezas", añade. 

ESPACIO ÚNICO

El templo de las baldosas, que se conocerá como The Tile Hunter Barcelona, está ubicado en el número 95 del paseo de l'Exposició. "Fue una bendición encontrarnos con un edificio como este", asegura Cánovas. Era una antigua fábrica de sifones, que conserva varios elementos tradicionales y concuerda con la esencia del proyecto.

Además tiene 500 metros cuadrados de superficie que permitirán a los socios abarcar todas las zonas que quieren construir. "La parte más grande estará dedicada a la exposición y el bar y la tienda estarán a la vista desde la calle para llamar la atención", explica el socio. 

Sala en obras donde se ubicará la tienda del espacio / METRÓPOLI

50.000 BALDOSAS 

Actualmente, en el edificio hay montañas de baldosas en cada rincón que "impresionan a cualquiera". No obstante, las miles de piezas que acumulan no son todas las que tiene Cánovas: todavía faltan pavimentos para llegar a juntar las 50.000 baldosas que han recolectado durante ocho años.

"Tuve una época en la que perdí el juicio cogiendo piezas sin sentido", reconoce el propietario. Ahora, según explica, sigue un "criterio" para recolectar las baldosas hidráulicas según su valor, su historia u otros factores que las hacen únicas. Además, durante su trayectoria, ha conseguido piezas únicas de todo el mundo, desde Colombia hasta Egipto. 

Mosaico que ha diseñado una arquitecta colombiana en el espacio / METRÓPOLI

INGRESOS

De hecho, se plantean vender una gran parte de su repertorio para poder ganar espacio en el local. Actualmente su modelo de negocio ya se basa en la venta: preparan metros de baldosas que encargan para domicilios, restaurantes u otros locales. Tienen una zona exclusivo para la creación y el decorado donde la diseñadora y artesana, Alicia, rellena y prensa las baldosas a mano "como se ha hecho toda la vida". 

Una vez abierto el museo, los ingresos se dividirán entre los encargos, los pases al taller que planean realizar y los resultados del bar, que promete ser uno de los principales atractivos y convertirse en un lugar de "parada obligatoria" en el Poble-sec.

La coctelería Paradiso, de Enric Rebordosa, es una de las tres mejores del mundo

BAR EXCLUSIVO

El diseño y el modelo del bar los decidirá Enric Rebordosa, que ya cuenta en Barcelona con importantes coctelerías como La Confitería o El Paradiso, que fue nombrada la tercera mejor del mundo hace unos meses. 

Todos los locales de Rebordosa son espacios clásicos que él se ha dedicado a restaurar por su pasión por el arte. "Cada bar de mi socio tiene su esencia", cuenta Cánovas. Por ello, se espera que el bar de The Tile Hunter tenga unas características que lo hagan único

Baldosas almacenadas en el centro del Poble-sec / METRÓPOLI

UBICACIÓN ESTRATÉGICA

La ubicación del centro es una estrategia clave para darse a conocer. "Es un paseo muy vivo por el que pasa mucha gente que cuando ve lo que hacemos se detiene a preguntarnos", cuenta Cánovas. 

Gracias al interés generado en el barrio, confían en que una vez abran sus puertas se convierta en un punto de encuentro habitual donde descubrir el arte de la baldosa hidráulica y mucho más. "La idea es que todos los visitantes encuentren su lugar aquí. Quien quiera tomarse un vermut, podrá, quien tan solo quiera visitar, también, y otros podrán experimentar de primera mano cómo se fabrica una baldosa modernista desde cero gracias a los talleres", explica el fundador. 

Baldosas acumuladas en lo que será la sala de exposición del museo / METRÓPOLI

GRAN ACOGIDA 

El proyecto lleva en marcha desde hace ocho años y, sobre todo desde que empezaron a hacer difusión en Instagram, han recibido el apoyo de muchos ciudadanos que quieren ceder sus baldosas, trepas –los moldes para fabricar los diseños– e incluso valiosos catálogos hidráulicos. 

"Nos están llegando colaboraciones muy buenas que nos hacen ir más lentos en la finalización del plan pero que nos aportan mucho valor", cuenta Cánovas. A pesar de que no pueden poner una fecha de apertura concreta, calculan que la "zona museo" esté prácticamente terminada en verano y que la totalidad del edificio se pueda disfrutar a finales de año. "He tenido que sacrificar mucho para llegar hasta aquí pero ahora estoy construyendo algo que siempre había soñado", concluye el fundador. 

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