Espai Nur, un oasis en mitad del Eixample

Un pequeño oasis en el desierto de cemento del Eixample. Eso es Espai Nur, un espacio autogestionado en el que conviven más de 200 plantas de especies diferentes y una zona de huerto urbano, que se ha convertido en punto de encuentro intergeneracional. La puerta está abierta para todos y nadie sobra dentro. Los niños juegan, aprenden a cuidar las plantas y pasan el rato mientras los adultos de todas las edades charlan y participan en los cuidados y la gestión del jardín, intercambian conocimientos de jardinería o simplemente conversan y comparten algo tan valioso como es el tiempo libre.

Nació en 2020, a raíz de las obras del Espai Germanetes, que obligó a trasladar todas las plantas cultivadas en su proyecto de huertos urbanos a este solar vacío para que no se estropearan. Llegaron todas en maceteros, preparadas para regresar, pero lo que tenía que ser una solución temporal, echó raíces (nunca mejor dicho) en poco tiempo. Y sin comerlo ni beberlo, se convirtió en un lugar de interés botánico y de referencia para el barrio, que se ha ido construyendo a partir de las necesidades de sus usuarios. Y todo ello, de manera voluntaria y colaborativa.

Fuera de este vergel donde la actividad no cesa, la acera ancha que permite el chaflán donde Calàbria y Consell de Cent se encuentran, es otro espacio ganado a la ciudad para la gente del barrio, una extensión del jardín donde seguir con las conversaciones y los juegos, aprovechar para merendar o incluso para idear nuevas actividades que llevar a cabo. Aquí se valora la puesta en común, el intercambio y se da rienda suelta a la participación, siempre y cuando aporte y sume para el proyecto.

Dinámico y participativo son los adjetivos que mejor definen este espacio, surgido de manera espontánea. Curiosamente, Espai Nur está actualmente pendiente de una intervención prevista por el Ayuntamiento para convertirlo en una zona de huertos comunitarios, tal y como se solicitó en un proceso participativo. Claro que eso fue antes de que el Espai Nur echara raíces, y ahora son los mismos vecinos y los colectivos vinculados quienes piden preservarlo tal y como está, manteniendo la esencia y la filosofía del lugar por encima de todo. 

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