Ramon Llull: un palacio para niños y niñas de familia humilde
Josep Goday proyectó en 1918 esta escuela que respondía tanto a nivel pedagógico como arquitectónico a un nuevo ideal de centro educativo público
17 julio, 2022 00:00Noticias relacionadas
Regio, sólido y dotado de una fachada de fuertes connotaciones clásicas. Así es el enorme edificio que se alza en la plaza de Pablo Neruda y se atisba desde la avenida Diagonal. Bajo esa solemne apariencia de palacio noucentista, nadie diría que este conjunto arquitectónico fue proyectado y diseñado en 1918 por Josep Goday para albergar desde su origen lo que sigue siendo actualmente: la escuela pública Ramon Llull.
El centro escolar formaba parte del grupo de escuelas públicas que el año 1917 aprobó la Comisión de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona. Respondía a un modelo de centro educativo publico y digno, destinado a hijos de familias humildes tanto a nivel pedagógico como en su concepción arquitectónica. Precisamente por todo ello, aunque su construcción se inició en 1918, no se pudo inaugurar hasta 1931, debido a la dictadura de Primo de Ribera.
"COLEGIO MIXTO"
Luminoso y abierto a los cuatro vientos, es un edificio acorde con el ideal de “escuela bella” en el que se enmarca. Las fachadas destacan por su color y la variedad de esgrafiados, obra de Francesc Canyellas, íntimo amigo y colaborador de Goday. El conjunto está formado por dos edificios simétricos de cuatro alturas con escaleras anchas y unidos por un cuerpo central de una sola altura que se abre en forma de loggia al patio de juegos.
Los dos edificios gemelos responden a la concepción educativa del momento: la voluntad de crear un colegio mixto, pero con los alumnos separados por sexo. El primer director de la sección de niños fue Frederic Doreste, y para las niñas, Anna Rubiés. Ella importó desde Bruselas sistemas pedagógicos más modernos y renovadores como el método Decroly, basado en la observación, la experimentación y el contacto con la naturaleza.
CONVENTO DE LOS PERROS
La escuela ha experimentado varias rehabilitaciones. Entre ellas, destaca la realizada en el marco de la iniciativa Barcelona, posa’t guapa, con motivo de los Juegos Olímpicos de 1992. O la más reciente, a cargo del nieto de Goday, el arquitecto Marc Cuixart.
Las diversas reconstrucciones, sin embargo, no han impedido que los vecinos y vecinas del barrio continúen refiriéndose a la escuela como Convento de los Perros. Una denominación surgida después de que una jauría se apoderara del centro al principio cuando las religiosas abandonaron el convento que se asentaba sobre los terrenos que luego dieron la bienvenida a la escuela.
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