La artrosis de rodilla es el desgaste y la degeneración del cartílago en la articulación de rodilla. Causa dolor, inflamación y limita la movilidad. Es una de las patologías más frecuentes en traumatología y afecta a la calidad de vida de las personas que la padecen. El síntoma más habitual es un dolor progresivo que puede llegar a ser incapacitante

Otros signos habituales son rigidez, dificultad para flexionar o extender la pierna, pérdida de funcionalidad, sensación de chasquido al flexionar, inflamación, rigidez, deformidad de la rodilla y alteración en la alineación de los huesos, que tienden a progresar con el paso del tiempo, según detalla el doctor Iván Robert, jefe de servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Universitari General de Catalunya.

CAUSAS

El desgaste articular en la rodilla puede aparecer como consecuencia de traumatismos previos, como fracturas o meniscopatías; por alteraciones en la alineación de la pierna; o bien tras factores como la edad, infecciones, procesos degenerativos, o a consecuencia de una predisposición familiar, entre otros.

El tratamiento de la artrosis de rodilla ha mejorado significativamente en los últimos años, por avances en las cirugías de reemplazo, nuevos protocolos en el proceso de recuperación, uso de terapias biológicas para intentar mejorar y retrasar el proceso degenerativo, etc.

TRATAMIENTO

El principal objetivo del tratamiento es aliviar el dolor y mejorar la calidad de vida del paciente, señala el traumatólogo del Hospital Universitari General de Catalunya. La primera alternativa es la vía farmacológica, con una pauta de antiinflamatorios y analgésicos, además de ejercicios para fortalecer la musculatura del muslo. Si estos tratamientos no son eficaces se pueden realizar infiltraciones con ácido hialurónico, terapias biológicas, procedimientos de radiología intervencionista y, como última opción si nada resulta eficaz, la implantación de una prótesis total de rodilla.

Cuando la pauta conservadora no surte el efecto esperado, se puede optar por la embolización de la rodilla o de la arteria genicular (EAG). En opinión de la doctora Anna Alguersuari, jefe de servicio de Radiología Intervencionista, es una alternativa adecuada cuando la afectación es moderada y los pacientes “no desean entrar en el quirófano para un reemplazo de rodilla”. Se trata de un tratamiento no quirúrgico y ambulatorio.

¿EN QUÉ CONSISTE LA EAG?

La especialista explica que la intervención consiste en realizar un cateterismo de las arterias de la rodilla, inyectando partículas diminutas en las arterias, que van a la rodilla, para reducir el flujo sanguíneo en las zonas donde se producen fenómenos inflamatorios, y como consecuencia de la artrosis, consiguiendo reducir la inflamación.

"La EAG es un procedimiento mínimamente invasivo, e indoloro, que alivia el dolor y mejora la limitación funcional derivados de la artrosis de forma inmediata y a largo plazo. Puede retrasar o incluso prevenir la necesidad de un reemplazo de rodilla, y mejora la movilidad en pacientes con artrosis de rodilla establecida. Este procedimiento reduce la inflamación de la rodilla", explica la radióloga.

TÉCNICA AMBULATORIA

El procedimiento, según indica la doctora Anna Alguersuari, se realiza de forma ambulatoria y sin apenas complicaciones. Señala que lo lleva a cabo un radiólogo intervencionista, especialista en técnicas endovasculares, que utiliza rayos X y otras modalidades de imágenes para ver el cuerpo y tratar enfermedades sin cirugía.

"Durante el mismo, se cateterizan las arterias de la rodilla con unos finos tubos o catéteres, y se embolizan o tapan las arterias que perpetúan el proceso inflamatorio causando dolor. Al finalizar el procedimiento, el paciente es dado de alta con mínima analgesia. La EAG se realiza bajo mínima sedación. El procedimiento dura entre una y dos horas, aproximadamente", describe la experta del Hospital Universitari General de Catalunya.

La radióloga del HUGC resalta su "elevada eficacia": "Si bien es posible que no trate la destrucción del cartílago subyacente, sí frena la inflamación que causa los síntomas", afirma.

EAG: Perfil del paciente

  • Edad: 40-80 años.
  • Dolor de rodilla moderado a severo.
  • Artrosis objetivada en rayos X, aunque es aconsejable una resonancia magnética para descartar otras causas de dolor articular.
  • Dolor local en la rodilla.
  • Resistencia o fracaso a tratamiento conservador (medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE)/TP/inyección articular).

No apta en pacientes con:

  • Arteriopatía muy severa.
  • Artrosis muy avanzada (RX).
  • Infección o malignidad.
  • Buen candidato para la cirugía de prótesis de rodilla.

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